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En el viaje de la crianza, los padres a menudo se encuentran con formas y maneras de comportamiento que no parecen tener explicación en sus hijos. Situaciones que pueden dejar una sensación extraña pues no encajan del todo con lo que se supone debía pasar. Y es que el cerebro humano es una máquina perfecta y delicada que funciona de formas sorprendentes y muchas veces cambia sus caminos creando nuevas formas de percepción y comportamiento. Nos encontramos frente a la neurodiversidad.
La neurodiversidad es un concepto que ha ganado relevancia en los últimos años, arrojando luz sobre la variabilidad natural del funcionamiento cerebral en los niños. Este artículo quiere explorar lo que implica la neurodiversidad, las diferencias clave entre lo neurotípico y lo neurodivergente, y busca ofrecer información esencial para comprender y apoyar a los pequeños que forman parte de este amplio espectro.
La neurodiversidad propone la idea de que las diferencias en el funcionamiento cerebral son simplemente variaciones naturales de la condición humana. Es un término inclusivo que reconoce y valora la diversidad en las habilidades cognitivas, emocionales y sensoriales de niños, jóvenes y adultos. En lugar de centrarse en las limitaciones, la neurodiversidad destaca las fortalezas y contribuciones únicas que cada individuo aporta a la sociedad y entiende y acepta las diferentes formas de registrar el mundo sensorial, de los procesos de aprendizaje y de los vínculos sociales de cada individuo.
Es muy probable que hayas escuchado alguna vez los términos neurotípico y neurodivergente, pero ¿sabes lo que significa cada uno? El término neurotípico se refiere a aquellos individuos cuyo funcionamiento cerebral sigue un patrón considerado típico, convencional, dentro de lo esperado o regular. Por otro lado, la neurodivergencia engloba a aquellos cuyas mentes funcionan de manera diferente, abarcando condiciones como el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), la dislexia, entre otros. Reconocer y comprender estas diferencias es esencial para construir un entorno de apoyo y comprensión para todos los niños.
El concepto de neurodiversidad se originó en la década de 1990 como parte del movimiento de derechos civiles para las personas con condiciones neurológicas diversas.
El término "neurodiversidad" fue acuñado por primera vez por la socióloga australiana Judy Singer, quien también es autista, e introdujo el concepto para cambiar la perspectiva predominante sobre las condiciones neurológicas, alejándose de enfoques que las definían como enfermedades, hacia una comprensión más inclusiva y respetuosa de la diversidad cerebral.
El concepto de neurodiversidad se ha desarrollado desde entonces, abarcando una variedad de condiciones neurológicas. La idea central es reconocer y celebrar la variabilidad natural en el funcionamiento cerebral como una parte integral de la diversidad humana. Desde entonces, ha evolucionado para abarcar una variedad de experiencias y perspectivas. Esta perspectiva busca cambiar la narrativa en torno a las diferencias cerebrales, promoviendo la aceptación y la inclusión en lugar de la estigmatización.
Los niños presentan distintas formas de relacionarse con los estímulos del mundo que los rodea. Cuando empieza a desarrollar lenguaje, comportamientos sociales y a construir conocimiento, aparecen también algunos comportamientos que no son los esperados para cada etapa de desarrollo de un niño “regular”.
La neurodiversidad se manifiesta de diversas formas en los pequeños. Algunas características comunes incluyen variaciones en la comunicación, la interacción social y los patrones de comportamiento. Es importante recordar que la neurodiversidad abarca una amplia gama de condiciones y cada niño es único, por lo que las características pueden variar considerablemente. Sin embargo, aquí hay algunas cualidades que pueden ser más frecuentes en niños neurodivergentes:
Sensibilidad sensorial:
Enfoque intenso en intereses específicos:
Dificultades en la comunicación:
Patrones de comportamiento repetitivos:
Enfoque singular en detalles:
Inteligencia y habilidades específicas:
Empatía y sensibilidad emocional:
Dificultades en la organización y planificación:
Formas de aprendizaje diferentes:
Creatividad y pensamiento innovador:
Es crucial recordar que estas son generalizaciones y que cada niño es único. Las fortalezas y desafíos pueden variar significativamente, y es esencial abordar las necesidades individuales de cada niño para fomentar un entorno de apoyo y comprensión
Condiciones y síndromes que entran en la neurodiversidad
La neurodiversidad abarca una amplia gama de condiciones, incluyendo el TEA, TDAH, dislexia, síndrome de Tourette, entre otros. Cada una de estas condiciones tiene sus propias características distintivas, pero comparten el principio fundamental de la variabilidad natural en el funcionamiento cerebral.
Comprender y abrazar la neurodiversidad en nuestros hijos implica reconocer y respetar las diferencias individuales. Al hacerlo, no solo fomentamos un ambiente de aceptación, sino que también permitimos que cada niño desarrolle su máximo potencial. La neurodiversidad es un recordatorio valioso de que la verdadera riqueza de nuestra sociedad radica en la diversidad de mentes y experiencias que la componen. Si sospechas que tu niño puede estar dentro del grupo de personas neurodivergentes, consulta con un especialista. Mientras más temprano podamos detectar las necesidades específicas de nuestros hijos, podremos crear las mejores condiciones para su desarrollo y así ofreceremos un futuro mejor a cada uno de ellos.