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Cómo ayudar a que los niños hagan sus tareas solos: 20 consejos prácticos

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Terminan las clases y empieza la guerra. Cada día libramos batallas intensas, feroces y sangrientas  para que nuestras hijas e hijos logren hacer sus tareas. Respiremos, es perfectamente normal que los niños desvíen su atención a actividades con menos estructura, luego de pasar toda la mañana sentados frente a una pantalla en un aula virtual donde participar puede ser tan frustrante como aprender a enviar las fichas de matemáticas por la plataforma que usa la escuela.

Nuestros niños suelen preferir jugar, dibujar o recolectar hormigas del jardín, antes de sentarse a realizar las tareas del colegio. Y es que las tareas pueden ser lo más terrible, horrible, espantoso y horroroso (en el universo de los niños) que podemos pedirles hacer. Pero ¿qué significa una tarea?. Pues según el diccionario una tarea es un trabajo o labor que debe realizarse con un límite de tiempo, lo que significa que los niños deben estar concentrados y comprometidos con lo que hacen para cumplir con un horario. Pero las tareas no son malas en absoluto, por el contrario, cumplir con labores después de la hora de clases, ayuda a complementar o reforzar los conocimientos adquiridos en las sesiones en el aula, ya sean virtuales o presenciales.

No es raro que nuestros hijos, y sobre todo los más pequeños en la modalidad de educación a distancia, se sientan poco entusiasmados al tener que cumplir con sus responsabilidades y esto suele estar relacionado con una falta total o parcial de motivación de la que nadie es enteramente responsable. Se trata de una suma de circunstancias que van desde falta de conexión y vínculo con los maestros, hasta condiciones neurológicas o dificultades familiares o unas irrefrenables ganas de jugar.

Pero sin importar el por qué del rechazo de los niños hacia los deberes, estos siempre van a estar ahí, por lo que lo mejor que podemos hacer es encontrar la manera de motivarlos y ayudarlos a cumplir con sus responsabilidades. Si crees que  tus hijos necesitan un empujoncito para lograr la tan anhelada autonomía en cuanto al colegio se refiere, esta nota te va a servir mucho, así que lee atentamente los consejos que te dejamos a continuación.

Demos un buen ejemplo a nuestros niños cumpliendo cabalmente nuestras propias responsabilidades. Hablemos de ellas para que sean parte de la dinámica familiar y no un misterio o una leyenda urbana.

Asignemos tareas sencillas  a los chicos en el hogar desde que son pequeñitos.

Celebremos cada logro, dibujo u hoja de trabajo desde el inicio de su vida escolar. Digamos en voz alta lo bien que hicieron sus tareas y felicitemos su compromiso cada vez.

Ofrezcamos un espacio adecuado para realizar sus tareas en casa. Un espacio cómodo y bien iluminado con todos los materiales de trabajo al alcance de sus manitos.

Preguntemos si han comprendido las indicaciones de los maestros. Muchas veces las tareas no pueden ser hechas, pues los niños no lograron entender lo que se conversó en clase.

Los niños deben preguntar cuando no sepan o no entiendan lo que los maestros están explicando. A veces no lo hacen por vergüenza o timidez, y es nuestro deber insistir en que lo hagan sin temor para luego poder cumplir con su trabajo en casa.

Una libretita de apuntes es una gran herramienta para que los niños lleven un registro oportuno de los pendientes de cada día. Durante clase suelen darse muchas indicaciones para el trabajo en casa y que los niños se acostumbren a apuntarlo todo, puede ser de mucho provecho para la realización de sus deberes.

Cómo ayudar a que los niños hagan sus tareas solos: 20 consejos prácticos

Disminuyamos las distracciones de su espacio y tiempo de trabajo. Muchos niños quieren tener la compañía de música, videos o algún juguete mientras realizan sus tareas, pero lo cierto es que estos elementos pueden jugar en contra de su concentración más que sumar al momento del trabajo.

Programemos pausas y metas a corto plazo en el trabajo si la cantidad de tareas es mucha o si nuestros niños tienen dificultades para concentrarse.  Cinco o diez minutos entre materia y materia, los ayudará a continuar con menos pesadez. Tal vez un snack en las pausas pueda inyectarles energía para seguir hasta el final.

Diseñemos juntos un horario de trabajo diario y semanal para dejar el fin de semana libre  y poder dedicarlo a lo que más nos guste hacer. De esta manera los niños y las niñas desarrollan su capacidad de organización y aprenden a administrar su tiempo de manera eficaz. 

Debemos tener conocimiento sobre el trabajo que se les haya asignado a nuestras hijas e hijos. Para esto es muy importante sostener una comunicación fluida y positiva con sus maestras y maestros y así podremos saber de qué están hablando en clase y tendremos tiempo de buscar información para ayudar a motivarlos.

Ayudarlos no es hacerles el trabajo. El escenario ideal es aquel donde los padres participamos de la educación de nuestros niños, pero muchas veces nos dejamos llevar por la emoción y terminamos resolviendo las tareas por ellos. El propósito de las tareas es poner en práctica lo aprendido durante las horas de clase y si nosotros hacemos el trabajo, no lograrán concretar esos nuevos conocimientos en su totalidad. Los niños necesitan  sentir la seguridad de que estamos ahí cuando nos necesitan, es cierto, pero solo debemos ayudar cuando ellos lo soliciten.

Animar y no castigar. Cuando nuestros hijos no logren cumplir con las tareas asignadas, debemos buscar la razón por la que no lo lograron, encontrar una solución positiva y no adoptar los castigos como medida o práctica regular. Valoremos y celebremos lo que hacen bien, de esta manera se sentirán seguros de sus habilidades y capacidades, no olvidemos que estas son metas a largo plazo.

Cómo ayudar a que los niños hagan sus tareas solos: 20 consejos prácticos

Preguntemos qué tareas tienen cada día. Nosotros sabemos que sin duda habrá algo que trabajar después de clase y si los invitamos a hablar de ello, tal vez se sientan con más ganas de empezar a hacerlo.

Revisemos el trabajo terminado. Confiar en la calidad del trabajo de nuestras pequeñas y pequeños no significa que no debamos revisar su trabajo junto con ellos  cuando hayan acabado de hacerlo. Tal vez se les escapó un detalle importante o simplemente debamos felicitarlos por un trabajo bien hecho.

Debemos observar el trabajo de los chicos. Si nuestros hijos empiezan a tener dificultades con las tareas, si no saben lo que tienen que hacer, si no recuerdan lo que se les asignó o no logran terminar, estar atentos y al tanto nos permitirá conversar con la escuela y detectar si hay algún problema para detenerlo de inmediato y darle solución. 

Visibilizar el horario es una muy buena manera de que  los niños estén al tanto de las clases que les toca llevar. Hagamos una impresión del horario de clases, así siempre estarán preparados y se sentirán confiados y seguros.

Coloquemos un reloj cerca para que los niños puedan tener una idea más concreta sobre el paso del tiempo y aprendan a manejarlos mejor.

Las cosas se hacen bien porque esa es la manera correcta de hacerlas, pero siempre podemos reconocer el esfuerzo y la constancia en el trabajo de nuestros niños haciendo algo especial juntos o premiando su dedicación de alguna manera extraordinaria. No hablamos de comprar juguetes o hacer viajes al centro comercial, pero si de incentivar la continuidad de una trabajo bien hecho, con autonomía e independencia.

Finalmente debemos aceptar que siempre tendremos que animar un poco a nuestras niñas y niños a iniciar la carrera en el universo de las responsabilidades, pero si lo hacemos desde una etapa temprana, el cumplimiento de las responsabilidades a lo largo de la vida, será más sencillo de cumplir. Esto es un esfuerzo compartido y tendrá momentos amables y otros que nos harán querer morir o matar, pero con perseverancia, constancia y mucho amor, todos saldremos victoriosos.

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