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Con frecuencia los adultos creemos que tenemos una buena comunicación con los niños, pues les decimos (casi sin parar) lo que está permitido, lo que es bueno o peligroso y sobre todo, lo que nunca deben hacer. La vida cotidiana y la crianza hacen que sea sencillo dar instrucciones para mantener a tus hijos con vida, pero no siempre es tan simple cuando se trata de comunicar lo que sientes o ayudarlos a decir lo que les ocurre. Nunca es fácil encontrar las palabras cuando tus sentimientos y los de tus hijos están de por medio.
La comunicación positiva y certera es un arte que requiere de práctica y es un ejercicio que debes hacer cada día teniendo presente que no sólo se trata de tus palabras y tu voz , si no de lo que haces y dices con todo tu cuerpo y debes ser muy consciente de ello a cada momento, ya ques como adulta tienes la inmensa responsabilidad de enseñar a tus hijos con el ejemplo. Qué labor ardua, titánica y sin descanso la que te ha tocado, ¿verdad?. Pues sí, así es y no queda más remedio que lidiar con ella con ayuda de la fuerza sobrehumana que te regala tu condición de mamá.
Una comunicación de calidad en la familia es determinante en el desarrollo de tus hijos y sin duda tendrá mucho que ver con la persona en la que se conviertan cuando sean adultos. Los ayudará también a construir una autoestima sólida y les dará confianza en sí mismos, haciendo más fácil la construcción de relaciones saludables con otras personas.
Acá te dejamos 6 consejos para desarrollar una comunicación positiva y provechosa con tus hijos que puedes adaptar y ajustar a tu formas y costumbres. No olvides que cada hogar es distinto, único y por lo tanto, maravilloso.
Comunicación para la aceptación
Estas formando a tus hijos y las palabras que uses ahora importan mucho. Ofrece mensajes positivos que los ayuden a amarse y aceptarse tal como son. Esto los hará lidiar con las adversidades propias de la vida de manera serena y manteniendo la debida proporción de las cosas. También sabrán que tus palabras fuertes (porque seguro habrá más de una en el camino) corresponden a una situación específica y no deterioran ni disminuyen el amor que sientes por ellos.
Aún en los momentos complicados el refuerzo positivo debe estar presente y así, en vez de decirle a tu hijo que es un niño malo, podrás explicarle que se equivocó y aprenderá de su error para mejorar su conducta.
Invítalos a decir más
Cuando tus hijos estén explicando algo que pasó, contando una idea que les da vueltas dentro de sus cabecitas fantásticas o hablando sobre un sentimiento que se mueve dentro de su pechito, escúchalos e invítalos a contarte un poco más de eso que necesitan decir. Esta práctica tan simple los hace sentir importantes y los valida como personas con los mismo derechos que cualquier otra. Es una demostración de respeto y cariño de parte de los adultos que los cuidan y acompañan. Pero recuerda siempre que nunca debes fingir interés en una de sus historias. Siempre será mejor que seas sinceras y pidas un momento para terminar lo que estás haciendo para luego prestar real atención a su relato.
Apela al entendimiento y a la razón
Los niños son pequeñas personas llenas de capacidades y habilidades que se están desarrollando a cada momento y son capaces de entender todo aquello que estemos dispuestos a explicar. Por lo tanto es muy provechoso darles la información de por qué es bueno o malo hacer o dejar de hacer ciertas cosas en ciertos momentos. Una comunicación bilateral en la que tus niños participen, seguro tendrá mejores resultados que una en la que tú eres la única que habla. Obviamente habrá momentos en los que tu opinión y tu voz serán absolutas y eso no tiene por qué ser malo.
Instrucciones en modo positivo
Haz el ejercicio de decirle a tus hijos lo que “sí deben hacer”, en vez de repetir muchas veces lo que “no deben hacer”. Cada indicación que das tiene ya una forma y una estructura, muchas veces por costumbre o porque así lo aprendiste tú. No es imposible cambiar el mensaje concebido en principio de manera negativa, por uno que parta de una postura positiva, sólo requiere práctica y constancia.
Y con esto no queremos decir que el No debe desaparecer, pues eso sería una locura, sólo que no es necesario invitarlo como protagonista a cada una de las conversaciones que sostengas con tus hijos.
Indicaciones simples
Los niños pequeños van a olvidar ciertas cosas por más intención que tengan de recordarlas. Cuando das una indicación sobre lo que necesitas que hagan, recuerda que esta debe ser breve y concreta. Es mejor para ellos y para tí, pues nadie se sentirá mal al olvidar o al tener que repetir.
Decir las cosas una sola vez
Las largas explicaciones no suelen mantener interesados a tus hijos, lo que significa que repetirás una y otra vez cada cosa que tengas que comunicar. Esto se vuelve una costumbre de ambas partes: tu repites de manera infinita cada indicación y ellos no sienten la obligación de prestar atención a eso que tu tienes que decir. Es por esto que es importante que sepan claramente que hay cosas que sólo dirás una vez y deben ser escuchadas con todo su ser.
Algo tan simple los vuelve responsables de sí mismos y poco a poco los hace más conscientes del mundo que los rodea.
Poner en práctica estos consejos puede mejorar significativamente la calidad de la comunicación de tu familia lo que sin duda es un beneficio para tu día a día y para los adultos que serán en el futuro tus niños. No olvides repetir hasta el cansancio lo mucho que los amas y sobre todo, demostrarlo con tus acciones, siempre.
Como todas las mamás, seguro les dices a tus hijos qué hacer, qué no hacer, cuándo y cómo y sin dudas lo haces a diario desde que empezaron a moverse y hablar y algunos días es probable que pienses que dar direcciones a tus niños no acabará nunca.
Les dices una y otra vez que sean amables entre si y con otras personas, que no peleen, que no usen las palabras para herirse y seguro has llegado a la conclusión en más de una ocación día de esos que no quieres repetir jamás, de que no saben comunicarse entre ellos ni con otras personas. Pero (y que esto no te suene a juicio) ¿sabes tú como comunicarte con ellos y con otras personas?
Pero no basta con que tu tengas clarísimo lo que sientes por ellos y lo que estás dispuesta a dar y hacer por tus niños, si no que debes poder transmitir todo eso hasta que a ellos no les quede ninguna duda.
Una palabra o una frase, un grito, el llanto más profundo, azotar una puerta o simplemente el silencio total y absoluto. cada cosa que sale de ti está comunicando una idea o un sentimiento
Pero vamos al grano en vez de irnos por las ramas. Eres responsable no solo de lo que dices y haces, si no de crear espacios que faciliten e inviten al desarrollo de las habilidades de tus hijos, de todas ellas: físicas, afectivas, emocionales, cognitivas y comunicativas. Y qué complicado suena eso, pero la verdad es que no lo es, sobre todo si tienes la suerte de poder pasar tiempo con tus niños. Pero si jnormalemente no es así, hoy estás de suerte así que aprovecha la coyuntura y sácale el jugo a .
Si lo piensas bien todo te lleva indefectiblemente a la comunicación y si es correcta y oportuna, ya ganaste un montón.