El ambiente en el que un niño aprende es más importante de lo que pensamos, pues no solo es una sala donde se estudia, se hacen tareas o se escriben trabajos, es sin duda un lugar de crecimiento, exploración y desarrollo que debe ofrecer las condiciones necesarias para fomentar el aprendizaje y promover los nuevos conocimientos. ¿Sabías que el ambiente puede influir significativamente en el aprendizaje de tus hijos? Pues aunque no lo creas la distribución de los muebles y objetos, la forma del espacio, la iluminación y hasta los olores alrededor de los niños son variables que condicionan su forma de aprender.  Uno de los factores clave en la concepción de un espacio que facilite la absorción de nuevos conocimientos, es el uso de los colores. Los colores no solo tienen un impacto estético, sino que también influyen en el estado emocional, la concentración y la creatividad de los niños. Es por este motivo que debemos ser conscientes del impacto de las herramientas cromáticas en el diseño de un espacio educativo, tanto en la escuela como en el hogar.

Los colores como estímulos en el aprendizaje

Los colores son potentes estímulos visuales que pueden influir en el estado de ánimo, el comportamiento y la energía de los niños. Diferentes colores generan diferentes respuestas emocionales y cognitivas, por lo que su uso en los espacios de aprendizaje debe estar bien pensado. Aquí te dejamos algunos ejemplos de cómo ciertos colores afectan a los niños:

• Azul: Es un color calmante que puede mejorar la concentración y la productividad. Usar tonos de azul en áreas de estudio puede ayudar a reducir la ansiedad y fomentar un ambiente sereno, ideal para la lectura o la realización de tareas que requieren enfoque.
• Amarillo: Este color está asociado con la alegría y la creatividad. Puede ser útil en áreas donde se busca fomentar la inspiración, como en el área de arte o manualidades. Sin embargo, es importante no abusar del amarillo intenso, ya que puede ser demasiado estimulante y causar fatiga visual.
• Verde: Asociado con la naturaleza, el verde es calmante y relajante. Es ideal para espacios donde los niños realizan tareas que requieren equilibrio mental y descanso visual, como actividades de estudio prolongadas.
• Rojo: Un color intenso que puede aumentar el nivel de energía y emoción, pero debe usarse con moderación en los ambientes de aprendizaje. Un exceso de rojo puede generar ansiedad o agitación en los niños, lo cual no es favorable para concentrarse.
• Naranja: Es un color estimulante, pero a diferencia del rojo, no genera tanta tensión. El naranja puede ser útil para fomentar el entusiasmo y la participación en actividades grupales, pero, como el rojo, debe usarse con moderación.
• Blanco: Aunque el blanco transmite limpieza y amplitud, un espacio completamente blanco puede resultar demasiado frío y desmotivador. Es recomendable combinar el blanco con otros colores para evitar una sensación de monotonía.

El ambiente cromático y su impacto en el aprendizaje

Un entorno armonioso en cuanto a colores puede mejorar la disposición de los niños para aprender. Estudios han demostrado que los ambientes que son visualmente atractivos y equilibrados en colores pueden influir positivamente en la motivación, concentración y la capacidad de retener información.

Al mismo tiempo, un ambiente demasiado cargado de colores o elementos ornamentales, puede ser contraproducente. La sobrecarga visual puede distraer y fatigar a los niños, afectando negativamente su rendimiento académico. Por eso es fundamental encontrar un equilibrio entre colores que motiven  y permitan a los niños concentrarse sin distracciones,pero dejando espacios limpios sin elementos para crear “pausas energéticas”.

Consejos para padres y maestros: crear un espacio de aprendizaje óptimo

Tanto en el aula como en el espacio de estudio en casa, los padres y maestros pueden usar los colores de manera estratégica para fomentar el aprendizaje. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos:

• Parte de una propuesta neutra: Prepara el espacio y vuélvelo blanco para luego colocar acentos de color de manera estratégica. No es necesario pintar las paredes, una planta verde, un cojín celeste o un colgante de cintas de colores pueden darle al espacio el toque cromático justo para promover el aprendizaje. Utiliza pomos de vidrio o envases neutros para colocar tu Lápices de Colores o tu Plumones Power Tips y mostrar el arcoiris entero y más. Esto volverá el espacio de aprendizaje en un lugar provocativo y motivador que invita a los niños a la exploración y el descubrimiento.
• Utiliza colores cálidos y fríos de manera equilibrada: Los colores cálidos como el amarillo y el naranja pueden ser ideales para áreas creativas, mientras que los colores fríos como el azul y el verde son más apropiados para las áreas de estudio y concentración.
• Evita la saturación de colores brillantes: Aunque los colores brillantes pueden atraer la atención, un exceso de estos puede sobreestimular a los niños. Opta por tonos más suaves y reserva los colores más intensos para los detalles o acentos.
• Personaliza el espacio: Permitir que los niños participen en la elección de colores para su espacio de estudio puede aumentar su sentido de pertenencia y motivación. Si bien deben orientarse a colores que favorezcan el aprendizaje, permitirles cierta elección los hará sentir más cómodos. 
• Crea zonas diferenciadas: Si es posible, usa diferentes colores para diferentes actividades. Por ejemplo, una zona de lectura en tonos verdes y azules, y un área de actividades más creativas en tonos cálidos.
• Iluminación adecuada: La luz natural es el mejor complemento para los colores. Un espacio bien iluminado mejora la percepción de los colores y reduce la fatiga visual. Si no hay suficiente luz natural, asegúrate de usar una luz blanca o neutra para no distorsionar los tonos.
• Elementos naturales: Añade elementos de la naturaleza para ambientar cada espacio, como plantas, ramas limpias para colgar sus trabajos o semillas, hojas, piedras y frutos secos para las texturas y la investigación. Estos elementos enriquecen la paleta de color de cualquier lugar.

El diseño cromático de los ambientes de aprendizaje no es un detalle menor. Los colores tienen el poder de estimular o relajar, de motivar o distraer. Por ello, es esencial que padres y maestros consideren el uso de los colores en el espacio de estudio de los niños para crear un ambiente armonioso que facilite el aprendizaje, la concentración y la creatividad. Si te parece interesante, explora la Filosofía Reggio Emilia y su propuesta respecto al ambiente como un agente determinante en el desarrollo de las competencias de niñas y niños. Lograr un equilibrio visual, cromático y sensorial del espacio, puede hacer una gran diferencia en el rendimiento académico y en el bienestar emocional de los pequeños. Empieza hoy mismo a concebir un espacio libre de saturación, diseñado a conciencia y con objetivos claros para influenciar de manera positiva el aprendizaje de los niños.