Mi hijo tiene disgrafía: ¿Qué es y cómo lo puedo ayudar?
¿Oíste hablar de la disgrafía? Pues es una dificultad específica del aprendizaje que afecta la habilidad para escribir de manera clara y organizada. Aunque no es tan conocida como la dislexia, es igual de importante y puede impactar significativamente el rendimiento académico y la autoestima de los niños. Si tu hijo ha sido diagnosticado con disgrafía o sospechas que podría tener esta condición, aquí te explicamos qué es y cómo puedes ayudarlo.
¿Qué es la disgrafía?
La disgrafía es un trastorno neurodesarrollo que dificulta la escritura. Esto puede manifestarse en diferentes áreas, como la formación de letras, el espaciado, la alineación, la velocidad de escritura o la capacidad para estructurar ideas de manera coherente en un texto. No está relacionada con la inteligencia del niño, sino con la manera en que su cerebro procesa y ejecuta las tareas relacionadas con la escritura y sus códigos. Algunos de los signos comunes de la disgrafía incluyen:
Letras mal formadas o ilegibles.
Escritura lenta y esfuerzo visible al escribir.
Dificultad para mantener el texto alineado en el renglón.
Espaciado inconsistente entre palabras o letras.
Quejas de dolor en las manos al escribir.
Dificultad para expresar ideas por escrito.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Si tu hijo tiene disgrafía, es fundamental brindarle apoyo tanto en casa como en la escuela. Aquí hay algunas estrategias que pueden ser útiles:
1. Consulta con un especialista
Es importante contar con un diagnóstico adecuado realizado por un terapeuta ocupacional, psicopedagogo o neurólogo infantil. Estos profesionales pueden diseñar un plan de intervención personalizado.
2. Fomenta el uso de herramientas de apoyo
Plantillas y guías: Usa cuadernos con líneas más gruesas o cuadrículas que lo ayuden a mantener el texto alineado.
Lápices ergonómicos: Los lápices gruesos o con adaptadores pueden facilitar el agarre. El Lápiz Grafito Triangular Jumbo con Borrador es ideal para que los niños ejerciten el dibujo de letras y trazos. Su cuerpo triangular y grueso promueve la sujeción firme, facilitando el movimiento de la mano.
Tecnología: Anima a tu hijo a usar dispositivos electrónicos para escribir, como tablets o computadoras. Esto puede reducir la frustración al evitar el esfuerzo manual de la escritura.
3. Ejercicios de motricidad fina
Ayúdalo a fortalecer los músculos de sus manos mediante actividades divertidas como:
Modelar plastilina o arcilla. La Plastilina Jumbo FunMixes un pack con 18 colores distintos entre neón, pastel y glitter. Es un producto suave, no tóxico y no mancha las manos, por lo que es ideal para pasar largas horas de diversión.
Dibujar o colorear. Los crayones son perfectos para estimular la precisión d elos trazos.
Jugar con bloques de construcción pequeños o rompecabezas.
4. Establece rutinas de práctica
Dedica tiempo diario para practicar la escritura de forma relajada y sin presiones. Puedes:
Proponerle escribir listas cortas (por ejemplo, la lista del supermercado).
Practicar caligrafía con juegos o aplicaciones diseñadas para niños.
5. Promueve su autoestima
Es importante reforzar su confianza y destacar sus logros, por pequeños que parezcan. Hazle saber que escribir es solo una parte de su aprendizaje y que, con práctica y apoyo, puede mejorar.
6. Trabaja en equipo con su escuela
Habla con los profesores para que comprendan las dificultades de tu hijo. Pídeles que adapten las actividades cuando sea necesario, como permitirle escribir menos o usar medios digitales para presentar trabajos.
7. Explora otros medios de expresión
Anímalo a expresarse a través de actividades creativas como el dibujo, la música o la narración oral. Esto puede aliviar la frustración y fortalecer su creatividad.
La disgrafía puede ser un desafío, por supuesto, pero con paciencia, apoyo y las estrategias adecuadas, tu hijo podrá desarrollar sus habilidades y sentirse más seguro. Recuerda que no está solo en este camino: tu acompañamiento y comprensión son determinantes para que enfrente esta dificultad con éxito. Si tienes dudas, no dudes en buscar ayuda profesional para orientarte mejor y brindarle a tu hijo las herramientas que necesita.