La hora de inicio de la jornada escolar es un tema de debate en muchos países. Tradicionalmente, las clases en las escuelas  comienzan a las 8:00 a.m., pero algunos estudios sugieren qde comenzar un pue una jornada que comience después, podría significar grandes beneficios en cuanto al desempeño académico de los niños. Lo cierto es que para realizar un ajuste de ese calibre en la educación, existen muchos factores importantes que considerar y hoy hablaremos sobre los posibles impactos en la rutina familiar y los hábitos de descanso frenete a un escenario como este.

Entrar a clases a muy temprano

Son las 7 a.m. y la ciudad está más despierta que nunca. Miles de niños se dirigen a su escuela, en movilidades, transporte público, bicicleta o el auto familiar. El día ya ha comenzado y no solo los adultos tenemos responsabilidades que cumplir. 

Tradicionalmente las clases en los colegios comienzan a las 8 a.m. y para esto, los hogares se activan muy temprano, despertando a los niños, haciendo desayunos y preparando una lonchera para que los pequeños soporten la mañana. Ésta dinámica suele ser pesada, pues los niños quisieran quedarse en la cama un poco más, sobre todo cuando hace frío, pero la rutina matinal incluye a toda la familia, pues mamá y papá también tienen que salir a trabajar. Se habla de ajustar el horario escolar al biorritmo natural de los niños y jóvenes, empezando la jornada un par de horas más tarde. Sin embargo, es importante analizar los beneficios y desventajas de esta posibilidad.

Beneficios del horario regular

Organización familiar: Comenzar a las 8 a.m. se alinea con el horario laboral de muchos padres, facilitando la logística familiar.

Salir temprano: Terminar la jornada escolar alrededor de las 2 p.m. deja más tiempo libre para actividades extracurriculares, actividades en familia o tareas.

Hábitos: Fomentar el hábito de madrugar puede ser beneficioso a largo plazo, ayudando a los niños a acostumbrarse a horarios similares en la vida adulta y profesional. Además, levantarse temprano invita a los niños a mejorar sus hábitos de descanso, acostándose antes para descansar el tiempo que su cuerpo necesita para seguir desarrollándose.  

Desventajas

Sueño insuficiente: Muchos niños no duermen las horas necesarias, pues las dinámicas familiares no lo permiten o algunos hábitos con respecto al uso de pantallas y celulares no están ajustadas a sus necesidades reales. Esto puede afectar su rendimiento académico y bienestar general.

Estrés matutino: Madrugar puede generar estrés en la mañana, tanto para los niños como para los padres, especialmente si hay que luchar contra el tráfico y las grandes distancias de las ciudades.

Beneficios de un horario tardío

Empezar la jornada escolar después de la hora tradicional, podría ofrecer una serie de ventajas para los niños y jóvenes, sin duda alguna, pero también podrían significar ajustes importantes en la dinámica cotidiana. Algunos beneficios incluyen: 

Más horas de sueño: Un inicio más tardío permitiría a los niños dormir más, respetando mejor sus ritmos circadianos y mejorando su atención y rendimiento.

Mañanas tranquilas: Las mañanas menos apresuradas pueden reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional de los niños y sus familias.

Mejor rendimiento académico: Estudios sugieren que los estudiantes que duermen más y comienzan sus actividades más tarde suelen tener mejor desempeño académico.

Desventajas

Desajuste con horarios laborales: El cambio podría complicar la logística para los padres que deben estar en sus trabajos temprano, ya sea que lleven a los niños al colegio o los manden en movilidad.

Actividades extracurriculares: Terminar la jornada escolar más tarde podría limitar el tiempo disponible para actividades extracurriculares, tareas y tiempo libre, extendiendo así el horario de dormir al mismo tiempo.

Rutinas alteradas: Ajustar el horario escolar podría requerir cambios en la rutina diaria de la familia, como momentos juntos, horarios de alimentación, etc. lo cual podría ser un desafío para todos.

Impacto en la rutina familiar y los hábitos de descanso

La rutina en casa y los hábitos de descanso juegan un papel crucial en el debate sobre el horario de inicio escolar. Las investigaciones sugieren que los adolescentes, en particular, tienen ritmos circadianos que los hacen naturalmente más nocturnos. Comenzar las clases más tarde podría alinearse mejor con sus necesidades biológicas, permitiéndoles un sueño más reparador y un mejor desempeño escolar.

Sin embargo, la implementación de un horario tardío no está exenta de desafíos logísticos y de organización para las familias y las instituciones educativas. Es fundamental encontrar un equilibrio que beneficie tanto a los estudiantes como a sus familias, considerando factores como el trabajo de los padres, las actividades extracurriculares y el tiempo libre.

Es por estas razones que no existe una respuesta definitiva a la pregunta de si los niños deberían entrar más tarde a clases. Tanto comenzar a las 8 a.m. como hacerlo luego, tiene sus beneficios y desventajas, a las que con tiempo y mucha voluntad todos nos ajustaríamos como lo hemos hecho hasta ahora, pues lo que más nos importa es el bienestar de nuestros hijos. En un mundo ideal cada comunidad educativa podría evaluar las circunstancias particulares de sus alumnos y tomar decisiones informadas que promuevan el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes, teniendo en cuenta la dinámica familiar y las necesidades de descanso de los niños, pero hasta que ese momento llegue, podemos ajustar la rutina de casa para promover el descanso adecuado con las horas de ensueño que los niños necesitan según su edad, involucrar a los pequeños en los planes y dinámicas familiares y tratar de darnos tiempo para todo como familia.