La atención dispersa en los niños es un desafío cada día más presente con el que debemos aprender a lidiar, especialmente en la etapa escolar de nuestros hijos. La atención dispersa en los niños puede tener diversos orígenes, desde un diagnóstico de TDAH, hasta una rutina sin estructura y un consumo excesivo de contenido a través de pantallas y aparatos tecnológicos.  Esta falta de concentración puede afectar de manera importante el rendimiento académico de los niños, su vida familiar y también sus habilidades sociales y al mismo tiempo tener gran impacto en su salud general. Es importante identificar las deficiencias de atención de los niños para desarrollar estrategias con el objetivo de acompañar de manera positiva su desarrollo, ayudando a mejorar su atención sin generar frustración. A continuación, compartimos algunos consejos prácticos que puedes poner en práctica desde casa para mejorar poco a poco la capacidad de concentración de tus pequeños.

1. Crea una rutina estructurada

Los niños que tienen problemas para concentrarse suelen beneficiarse de una rutina diaria clara y predecible. Establecer horarios fijos para hacer tareas, estudiar, comer y descansar ayuda a que sepan qué esperar, lo que reduce distracciones y mejora su capacidad para mantenerse enfocados. Involúcralos en la creación de la rutina para que sientan que tienen control sobre sus actividades y si es necesario, crea guías visuales que refuercen las actividades de cada día, como cepillarse los dientes, tender la cama, vestirse, guardar los juguetes, etc. Utiliza imágenes o has tus propios dibujos y asegúrate de tener :

• Goma Sticky en Barra para pegar detalles
• Plumones Power Tips de muchos colores para decorar tus dibujos o títulos
• Tijeras súper divertidas e ideales para que tus hijos corten de manera segura
• Sticky Notes para agregar contenido importante de manera rápida y fácil 

2. Ambiente libre de distracciones

Un espacio de trabajo organizado y libre de distracciones es clave para mejorar la atención. Evita tener televisores, juguetes o dispositivos electrónicos cerca cuando tus hijos estén haciendo tareas o estudiando. También, asegúrate de que el lugar sea cómodo, con buena iluminación y ventilación. Un ambiente adecuado puede marcar una gran diferencia en su capacidad de concentración.

3. Divide las tareas en bloques cortos

Los niños con atención dispersa pueden sentirse abrumados ante tareas largas. Una estrategia útil es dividir las actividades en bloques de tiempo cortos, con pequeños descansos entre cada uno. Por ejemplo, 20 minutos de trabajo seguidos de un descanso de 5 minutos. Esto no solo facilita la concentración, sino que también les da tiempo para relajarse y regresar a la actividad con mayor enfoque.

4. Establece metas claras y realistas

Ayuda a tu hijo a concentrarse estableciendo metas pequeñas y alcanzables. Esto puede ser tan sencillo como completar una parte de su tarea o terminar de leer una página. Recompensarlos de manera positiva por alcanzar estas metas refuerza la conducta y les motiva a seguir enfocados. El refuerzo positivo es clave para ayudarles a desarrollar confianza en sus habilidades. 

5. Fomenta el ejercicio físico y los descansos activos

El movimiento físico es vital para los niños, ya que ayuda a liberar energía y mejora la capacidad de atención. Fomenta que tu hijo realice actividades físicas como jugar al aire libre, andar en bicicleta o practicar algún deporte. Los descansos activos durante las horas de estudio, como estirarse o caminar, también son beneficiosos para que regresen a sus tareas con más energía y enfoque.

6. Fomenta la práctica de la atención plena (mindfulness)

El mindfulness es una excelente herramienta para mejorar la atención y reducir la dispersión. Practicar ejercicios de respiración profunda o meditación durante unos minutos al día puede ayudar a tu hijo a estar más presente y consciente de lo que está haciendo. Actividades simples, como observar su respiración o concentrarse en los sonidos a su alrededor, les pueden enseñar a manejar mejor sus distracciones.

7. Juegos y actividades que estimulen la concentración

El juego también es una manera efectiva de mejorar la atención. Los rompecabezas, juegos de mesa y actividades que requieren concentración, como colorear, tejer o construir con bloques, pueden ayudar a fortalecer la capacidad de tu hijo para concentrarse. Estos juegos no solo son entretenidos, sino que también promueven el desarrollo cognitivo.

8. Alimentación adecuada y descanso suficiente

Una alimentación balanceada y suficiente descanso son fundamentales para el funcionamiento óptimo del cerebro. Evita los alimentos procesados y ricos en azúcares, ya que pueden generar hiperactividad y dificultad para concentrarse. Asegúrate de que tu hijo duerma lo necesario, ya que la falta de sueño puede incrementar la dispersión.

9. Colabora con los maestros

Es importante mantener una comunicación constante con los maestros de tu hijo. Ellos pueden ofrecerte información valiosa sobre su comportamiento en el aula y sugerir estrategias que también funcionen en casa. Trabajar juntos te permitirá abordar el problema desde múltiples ángulos y lograr un enfoque más efectivo para mejorar la atención.

10. Organización

Incluye métodos de seguimiento del trabajo como el Método Kanban para llevar un buen control de sus avances en relación a sus tareas y responsabilidades. El método Kanban es una herramienta de gestión visual que se utiliza para mejorar la eficiencia en la organización de tareas y proyectos. Consiste en un tablero dividido en columnas que representan las distintas fases de un proceso, como "Por hacer", "En progreso" y "Hecho". Las tareas se colocan en tarjetas y se van moviendo a través de las columnas a medida que avanzan. Este método permite visualizar el flujo de trabajo, identificar cuellos de botella y mejorar la productividad al limitar la cantidad de tareas en progreso al mismo tiempo. Los Sticky Notes son perfectos para esta herramienta de organización, pues los puedes trasladar de una columna a otra sin necesidad de modificar las columnas que hayas dibujado previamente.

Apoyo profesional 

Si notas que las dificultades de atención de tu hijo persisten o interfieren gravemente con su rendimiento escolar y bienestar general, es momento de consultar con un profesional. Un psicólogo o terapeuta especializado en problemas de atención puede hacer una evaluación y brindar un diagnóstico certero que te permita aplicar estrategias adicionales para manejar la situación de manera efectiva.

Ayudar a un niño con atención dispersa es un proceso que requiere paciencia, comprensión y consistencia. Con una rutina estructurada, un ambiente adecuado, apoyo emocional y actividades adecuadas, pueden contribuir significativamente a que tu hijo mejore su capacidad de atención y logre un mejor rendimiento tanto en el ámbito escolar como en su vida diaria. El acompañamiento amoroso es uno de los elementos más importantes en este proceso, pero sé amable contigo mismo, pues no siempre será un camino fácil. Respira hondo y comienza a aplicar estos consejos, verás que tu esfuerzo rinde grandes frutos.