Casi siempre son las mamás quienes se encargan de las tareas de casa: preparar las comidas, ordenar, lavar, limpiar y sobre todo diseñar y organizar las rutinas que acompañarán a todos los miembros de  la familia. Suelen ser ellas las encargadas de estas y otras labores, pero esto no significa ni por un segundo, que mamá sea la única responsable. El llevar y mantener un hogar, es y debe ser siempre, una tarea compartida entre todos los que lo conforman, repartiendo labores y responsabilidades para una convivencia saludable y armoniosa.

Con mucha frecuencia los niños, sobre todo los más pequeños, no participan del trabajo en casa, pues a veces esa ayuda puede dar más trabajo del que ya existe. Pero esta es una idea que podemos cambiar si incluimos a los niños desde pequeños en estas actividades y dividimos entre todos el trabajo en casa. De esta manera ellos sabrán hacerlo muy bien y serán de gran ayuda en las labores diarias del hogar, adquiriendo responsabilidad sobre los espacios que habitan y mucho respeto por lo que mamá y papá hacen por ellos.

¿Te entusiasma la idea de un trabajo en equipo?. Si es así, estos 5 consejos van a ser de mucha utilidad para ti y tu familia:

Hacer las tareas que nos gustan:

Todos tenemos gustos distintos y disfrutamos más  o  menos de ciertas cosas, incluso cuando se trata de las labores del hogar. Si nos repartimos las tareas de casa de tal forma que  podamos disfrutar de lo que nos corresponde hacer, niños y adultos podremos desempeñarnos mejor en eso que es nuestra responsabilidad dentro de casa, sientiéndonos a gusto con lo que hacemos, en vez de tomarlo como una obligación.

Uno lava y otro cocina, mientras los niños ponen la mesa y la limpian luego de terminar cada comida, por poner un ejemplo sencillo.

Escoger el mejor momento:

Cada día hay alguna cosa que hacer, algún compromiso con el que cumplir o una rutina que seguir, pues todos tenemos responsabilidades en la vida y que el día solo tiene 24 horas, es una verdad incuestionable. Es por esto que para evitar malos entendidos o sesiones que no pueden terminarse si hablamos por ejemplo de una limpieza profunda y no de las cosas pequeñas de todos los días, debemos escoger el momento perfecto para que todos los involucrados en las tareas de casa, puedan cumplir con su parte sin interrupciones ni contratiempos.  Tal vez un día del fin de semana sea el mejor momento para el trabajo en equipo y hasta puede resultar un tiempo agradable y divertido en familia.

Primero lo primero:

No todas las tareas  necesitan ser atendidas de inmediato. Algunas pueden esperar y ser realizadas de manera especial en un día específico, mientras que otras como lavar los platos o mantener el baño limpio, deben ser hechas con mucha frecuencia.  Siempre  habrán labores o actividades que necesiten realizarse primero que otras y es por esto que es tan importante hacer una lista de prioridades para ir en orden y sin prisa.

Dedicar la cantidad de tiempo justo:

A pesar de que es muy necesario realizar algunas labores todos los días, es importante también que no nos abrumen las responsabilidades y la carga de trabajo dentro de casa. Destinemos la cantidad de tiempo justo para realizarlas, ni más ni menos y así cumplir con nuestra lista de tareas sin quitarnos tiempo para el juego, la risa y el cariño. 

Seamos pacientes y constantes:

Los niños siempre quieren hacer, tocar, probar y ejecutar y es normal y está bien, pues de esta manera logran construir su propio conocimiento. Si queremos hacerlos parte del proceso del cuidado del hogar, debemos estar preparados para lo que esto significa y aceptar que en el proceso de aprendizaje de nuestros pequeños el agua caerá al suelo recién  trapeado, la leche se derramará en la refri justo cuando la acabamos de limpiar o el shampoo explotará en el momento menos indicado. Solo nos queda ser pacientes y explicar y enseñar de la forma más eficiente posible, usando el ejemplo y la experimentación,  como herramientas educativas. No olvidemos que nuestras niñas y niños son capaces de aprender todo lo que nosotros estemos dispuestos a enseñar.

Los hábitos saludables se aprenden a partir del ejemplo que demos nosotros en casa. Ayudemos a nuestros niños a construir un futuro de igualdad y de respeto, donde todas y todos seamos responsables de nuestros hogares, de nuestras familias y de nosotros mismos, por igual.