¿Una película o un libro antes de dormir?

Al final del día, muchas familias buscan una forma tranquila de cerrar la jornada con sus hijos. Entre las opciones más comunes están ver una película corta o leer un cuento juntos. Pero, cuando se trata de favorecer el descanso y el desarrollo infantil, vale la pena preguntarse: ¿una peli o un libro antes de dormir? Aunque ambos momentos pueden ser espacios valiosos de conexión en familia, cada vez más estudios y expertos destacan los beneficios de optar por un libro físico antes de dormir, especialmente en niños pequeños. Aquí te contamos por qué.
1. El libro como objeto físico crea un vínculo emocional
El simple acto de abrir un libro, pasar sus páginas, observar las ilustraciones y sentir su textura crea una experiencia multisensorial que las pantallas no pueden ofrecer. Los libros se vuelven objetos entrañables: ese cuento favorito que se repite cada noche, la portada que ya conocen de memoria, el rincón de lectura lleno de historias compartidas. Todo eso construye vínculos afectivos duraderos y positivos con la lectura.
2. Menos estimulación visual, más descanso real
Las pantallas emiten luz azul, que interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Leer un cuento en un libro físico no sobreestimula el cerebro y prepara al cuerpo de los niños (y también al de los adultos) para descansar mejor. En cambio, ver una película, incluso si es corta, suele generar excitación visual y emocional que puede dificultar el sueño.
3. Las ilustraciones en papel favorecen la atención y la imaginación
Los libros ilustrados permiten que el niño observe los detalles, explore los colores y descubra a su ritmo lo que ocurre en cada página. A diferencia de las imágenes en movimiento, las ilustraciones invitan a detenerse, a imaginar lo que pasa antes o después, a preguntar y conversar. Esto fortalece la comprensión lectora, el vocabulario y la creatividad.
4. Tiempo de calidad sin interrupciones digitales
Leer juntos un cuento es una experiencia de presencia plena. No hay notificaciones, ni cambios de escena cada segundo, ni sonidos estridentes. Solo están los padres, los hijos y la historia. Esta calma favorece el vínculo, la seguridad emocional y el placer por la lectura como hábito.
5. Fomenta la autonomía lectora
Cuando un niño se acostumbra desde pequeño a tener un libro entre las manos antes de dormir, es más probable que, con el tiempo, quiera seguir leyendo por sí solo. Ese momento tranquilo, íntimo y repetido cada noche crea un hábito lector saludable y duradero.
Así que si tienes que elegir entre una película o un libro antes de dormir, opta por el libro. No solo estarás ayudando a que tu hijo duerma mejor, sino que estarás sembrando el amor por las historias, el arte de imaginar y el placer por leer. Y eso, sin duda, es un regalo que los acompañará toda la vida. ¿Y tú, qué historia leerás esta noche?