Es evidente que eres una persona responsable, que estás súper comprometido con tus estudios, tu trabajo, tus proyectos personales, con tus afectos y con las cosas que te hacen sentir muy bien. 

Para lograr esto eres muy organizado y por lo tanto, muy independiente. Haces listas, llevas horarios y mood trackers en tu BuJo y no se te escapa nada. Aún así últimamente te sientes confundido, no recuerdas muchas de las cosas que debes hacer y cuando estás leyendo un texto para un examen o haciendo un cronograma para tu trabajo, simplemente no logras concentrarte y pierdes el hilo con mucha facilidad. Te sientes abrumado.

¿Te has preguntado qué está pasando? Tus rutinas no han cambiado, tus métodos de estudio siguen siendo los mismos o son aún más efectivos que antes, tu organización para el trabajo es impecable y aún así hay algo que no marcha bien. 

Podría tratarse de un cuadro de ansiedad que está afectando tu rendimiento laboral y académico y por lo tanto, tu vida social y familiar también.

¿Pero, qué es la ansiedad?

La ansiedad es un sentimiento de temor e inquietud, algo que no se puede definir con precisión mientras se está sintiendo, pero que se puede reconocer como un “algo que no está del todo bien”. 

La ansiedad puede hacer que te sientas fastidiado, algo tenso, que sudes sin explicación, que se intensifiquen tus palpitaciones y que sientas que te falta de aire. 

En ocasiones la ansiedad es una respuesta normal a un estímulo, como cuando enfrentas una situación donde debes probar tus capacidades, tu valor o donde debes resolver problemas o asumir más responsabilidades de las que puedes llevar contigo. Y hasta aquí es solo un estado más que aprendes a manejar cada día, pero cuando se queda en tu cuerpo y no puedes librarte de ella, pierdes el control de tus emociones y puede ocasionar mucho daño hasta convertirse en un  trastorno permanente. 

¿Por qué la ansiedad afecta tu concentración y tu capacidad para aprender?

Todas las personas atraviesan momentos de ansiedad en distintas etapas de su vida, con frecuencia relacionadas a las responsabilidades de adultos o situaciones extremas que afectan el control de las emociones. Pero en algunos casos estos cuadros de ansiedad se vuelven crónicos y atacan el equilibrio bioquímico del cuerpo, afectando de manera constante las emociones  y las funciones ejecutivas del cerebro como la memoria, la reflexión, la resolución de problemas, la atención y la concentración. 

Es por estos motivos que existe una estrecha relación entre la ansiedad y la falta de concentración, dificultad en el aprendizaje y bajo rendimiento laboral.

Cuando la ansiedad alcanza puntos críticos, te supera y es muy común que no encuentres la forma de realizar actividades cotidianas como tomar una ducha y que te enfoques únicamente en los aspectos negativos de cada cosa que sucede a tu alrededor y esto puede dañar tus relaciones interpersonales con familiares y amigos y disminuir tu récord académico.

¿Cómo combatir la ansiedad?

Es cierto que la ansiedad no es fácil de manejar, pues es una emoción que nubla la razón, te supera y abruma. Pero también es cierto que no es imposible y el primer paso es detectar la ansiedad, reconocer lo que te hace sentir y tratar de controlarla. Claro, suena muy sencillo, pero sabemos que no lo es. Aún así hay algunas actividades que puedes realizar para ayudarte a manejarla y lograr concentrarte en tus responsabilidades diarias, ya sea en tu trabajo o en la escuela. En esta nota queremos compartir contigo diez cosas que te pueden ayudar cuando sientas que la ansiedad empieza a tomar el control de tu mente y de tu cuerpo.

Música:

Escuchar música es una forma de redirigir tus emociones. La música te hace vibrar y despertar o te puede llevar a un estado de serenidad y calma que es el que quieres lograr para combatir la ansiedad. Cada persona responde distinto a los distintos estilos musicales, encuentra el que te haga bien a ti, sin importar si es la canción que más suena en los playlist de tus amigos y dale play todas las veces que sea necesario. 

La música clásica es muy recomendable, pues al no tener letra, es muy sencillo sumergirse en sus sonidos y dejar que te lleven a un lugar seguro.

Respiración:

Aprender técnicas de respiración puede ser muy útil para controlar la ansiedad que se genera por diversas situaciones y que afecta directamente el rendimiento académico y laboral. Una respiración adecuada puede ayudarte a minimizar el impacto de la ansiedad en tu salud.

El objetivo de las técnicas de respiración, es ayudarte a recuperar el control, mientras reduces la activación general de tu organismo, lo que sin duda beneficiará tu salud física y mental.

La respiración está directamente ligada con una reacción fisiológica, lo que significa que cuando sientes ansiedad respiras muy rápido o muy lento y en ambos casos sueles recibir más oxígeno del que necesitas, por lo que te sientes mareado, ves borroso, aparecen las palpitaciones e incluso hormigueo en manos y pies.

Debes poner en práctica una respiración consciente que te ayude a nivelarte para retomar el control. Empieza por:

• Sentarte derecho y con los pies puestos en el suelo.
• Coloca una mano sobre tu vientre y la otra sobre tu pecho.
• Toma aire por la nariz, lenta y profundamente, mientras cuentas hasta tres llenando bien tus pulmones y empujando el vientre hacia afuera.
• Sostén el aire durante 3 segundos.
• Suelta el aire por la boca lentamente
• Repetir el proceso cinco veces cada cierto tiempo hasta lograr la serenidad.

Actividades relajantes:

Aunque a veces tu día esté muy lleno de responsabilidades, deja siempre espacio para cosas que disfrutes hacer, como colorear mandalas, dibujar, armar un rompecabezas o tejer. Estas actividades deben ser rutinarias y muy sencillas de realizar para dirigir tu atención a ellas sin complicarte con pensamientos o estrategias que aumenten la ansiedad o te generen angustia.

Tu espacio como tu quieres:

El ambiente y los espacios son muy importantes e influyen en tu estado de ánimo. Es necesario que dispongas tu lugar de estudio o trabajo de tal manera que te ayude a optimizar tus labores y a mantener tu concentración la mayor cantidad de tiempo posible. 

Que todo esté como te gusta y al alcance de tus manos, seguro disminuirá la ansiedad que supone cumplir con tus responsabilidades.

Busca luz natural, aire fresco, pocas distracciones, la compañía de una planta e imágenes que lleven tu mente a un lugar feliz.

Ejercítate:

La actividad física es de mucha ayuda para cuando sientes que la ansiedad está ganando. Hacer una rutina de ejercicios amables como yoga o natación, pueden mejorar tu respiración y devolverte el bienestar que necesitas. 

Ten una rutina:

Designar horarios y rutinas para tu día de estudios o de trabajo, es la mejor manera de saber qué vas a necesitar cada día, por lo tanto puede ayudarte a evitar la ansiedad que acompaña la incertidumbre y así podrás recuperar el gusto por el aprendizaje. Recuerda no exagerar con las rutinas, acepta que sean flexibles para que no sean un problema si no logras cumplirlas.

Haz pausas:

No todo puede ser trabajo, trabajo y más trabajo. Cuando tu mente y tu cuerpo empiezan a calentarse, es momento de hacer una pausa y desconectar. Sal a dar una vuelta por el parque, a ver el mar o pasear a tu mascota, lo que te ayude a respirar profundo para nivelar la ansiedad de las responsabilidades.

Hábitos saludables:

Es indispensable que tu cuerpo y mente estén sanos para que tus emociones estén en equilibrio y puedas dedicarte a lo que hace falta. Duerme al menos 8 horas cada noche, toma mucha agua y lleva una dieta sana rica en frutas y verduras para que recibas las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita.

Pasos pequeños:

Cuando sientas que tienes muchas dificultades para concentrarte y lograr tus objetivos, sé amable contigo mismo. Empieza por realizar una tarea a la vez y si puedes elige la más sencilla para empezar, así no añadirás frustración a la lista de complicaciones por ansiedad.

No te exijas demasiado:

Nada tiene sentido si no estás bien. A veces te exiges más de la cuenta por tratar de cumplir con el cole, con el trabajo, con tu familia y terminas sintiendo que no aprendiste nada, que no te puedes concentrar, que no lo estás haciendo bien y que es imposible relacionarse sin pelear con quienes te rodean. Detente un momento y respira hondo: eres increíble y cada cosa que logras debe ser reconocida, aunque sea darte tiempo para respirar otra vez.

Estos consejos sin duda pueden ayudarte cuando te sientas abrumado o perdido en un mar de emociones desbordadas, pero si al final nada de esto desaparece esta sensación, pide ayuda. Habla con tu familia o con alguien de mucha confianza y busca orientación de un profesional para recuperar el control de tus emociones, recuperar la concentración, mejorar tu aprendizaje y sentirte tú otra vez.

No lleves el peso tú solo, no es necesario, siempre hay alguien que puede entenderte y ayudarte, la ansiedad no tiene por qué quedarse en tu vida. Da el primer paso hoy mismo y recupera tu bienestar para cumplir con todos tus planes.