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Muchas veces las clases después del horario escolar son un tema complicado, pues no suceden cerca de casa, se cruzan con nuestras responsabilidades de adultos y casi siempre exceden el presupuesto familiar. Es por estas razones que a menudo nos quedamos con las clases del cole, los juegos en el parque, las visitas a los abuelos o las tardes de juegos tranquilos en casa , opciones muy positivas, por cierto.
Pero las actividades extracurriculares son realmente más importantes de lo que pensamos, pues no solo se trata de llenar horas libres por la tarde, si no de potenciar las habilidades de nuestras niñas y niños, lo que jugará un rol muy importante en su desarrollo académico futuro.
Estas actividades favorecen diversas áreas del desarrollo como la creatividad si se trata de alguna actividad artística, o si los niños prefieren el deporte, desarrollan el dominio del esquema corporal y mejoran sus habilidades psicomotrices.
A veces participar de algún trabajo voluntario de ayuda social, los hace vivenciar una realidad que no es la propia y por lo tanto desarrollan sensibilidad y empatía y los hace conscientes del mundo en el que viven. Los talleres que involucran trabajo de manualidades en general, pueden llegar a ser la base de una profesión para su vida adulta.
Probablemente uno de los mayores beneficios de estas actividades sea la construcción de la identidad y la consolidación de su personalidad, a partir del reconocimiento de sus propias habilidades, mientras descubren que son muy buenos haciendo algo, reforzando su autoestima y ganando seguridad. Además, al socializar con otros niños con intereses afines, su universo social crece, cambia y se nutre de las experiencias de otros como ellos.
Pero sin importar el tipo de actividad extracurricular que realicen nuestros hijos, es muy importante que nuestras niñas y niños las elijan según sus intereses o sus necesidades y no seamos los padres los que decidimos, pues sucede que proyectamos expectativas personales sin tener en cuenta sus emociones, fortalezas o debilidades, pero siempre buscando lo mejor para ellos. La idea es que las clases después de clase, sumen, potencien y desarrollen las habilidades naturales de los niños, les ofrezcan bienestar y serenidad y les demuestren fehacientemente que con esfuerzo, compromiso y dedicación todo es posible.
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