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Aprender a leer y escribir vuelve inmenso el mundo de los niños. Su universo nunca será el mismo una vez que aprendan el significado de las letras relacionándose unas con otras, o se sumerjan en la magia de los relatos fantásticos y se percaten del conocimiento infinito que puede ser suyo a partir de estas historias.
Pero leer y escribir (como casi todo) no es algo que venga con nosotros “listo para usar”, si no que debe ser aprendido y por lo tanto, enseñado y enseñar a leer a los niños no es una tarea sencilla, pues se basa en el desarrollo de las habilidades que intervienen en ese proceso. Esto significa que requiere tiempo y no debemos adelantar etapas. Es mejor esperar a que los niños estén preparados cognitiva, psicológica y emocionalmente para hacerlo.
Para lograr esta tarea de manera exitosa, los niños deben ser capaces de entender y reconocer un símbolo escrito como una letra concreta con su sonido individual y luego en compañía de otras, para después construir una palabra entera y finalmente una frase.
Pero además de esto, deben lograr entender el sentido y significado de lo que leen o escriben.
Es por esto que hay dos puntos importantes en el aprendizaje de la lecto escritura:
La conciencia fonológica que permite a los niños relacionar el sonido de las letras de manera concreta que, al ser aleatorias, son impredecibles y por lo tanto no es sencillo.
La comprensión, la parte más importante, pues además de aprender cómo suenan dos o más letras juntas, es indispensable entender el mensaje que cada texto ofrece.
Existe una gran variedad de métodos y formas tan diversas como la manera de criar, aunque con frecuencia se recomienda utilizar métodos que permitan a los niños entender e interiorizar de manera orgánica el sonido, forma y uso de las letras, intentando conseguir un aprendizaje a partir de la experiencia y no únicamente, de la memoria. No olvides que los niños pequeños aprenden jugando y a través del juego, por lo que incluir rutinas divertidas y dinámicas familiares durante este proceso de aprendizaje, puede hacerlo divertido y exitoso.
Te dejamos una lista de algunos consejos y actividades que puedes poner en práctica para hacer este camino mucho más interesante de lo que ya es:
Un libro es un objeto fascinante, tanto en su forma y colores, como en su contenido. Y aunque es cierto que un niño de un año no lee ni reconoce letras o palabras como símbolos pertenecientes al lenguaje, pero explora el objeto, disfruta de las imágenes, reacciona a los estímulos visuales y táctiles y construye conocimientos a partir de esto. Poco a poco repetirá la acción de leer (aunque no lea) por imitación, hasta lograr un genuino interés en la lectura propiamente dicha. Mantener a los niños en constante contacto con los libros desde el inicio, es un primer paso para entrar con el pie derecho al mundo de los grandes lectores.
Es muy probable que si tus niños te ven leyendo un libro (y disfrutando de hacerlo), tengan las ganas de intentarlo, también. Por lo tanto, tratar de destinar un poquito de tiempo al día para sentarte a hacer el ejercicio de la lectura y seguro causará un gran impacto en tus ellos.
Cuando lees a tus hijos, tu vínculo con ellos se estrecha y fortalece. Tu voz es lo último que escuchan antes de dormir y eso les permite dejarse llevar sintiéndose seguros para soñar con las historias que escucharon y que volverán a pedir con emoción la noche siguiente.
No olvides mostrarles las imágenes mientras lees y seguir las palabras con tu dedo al mismo tiempo que las dices.Usa una entonación adecuada y pon especial atención a la pronunciación. Esto servirá para asociar sonidos con imágenes concretas que hará más sencillo el aprendizaje futuro.
Ahora que están muy familiarizados con los libros, los cuentos y las palabras escritas, es tiempo de empezar a leer y una forma muy efectiva es aprendiendo las letras una a una. Comienza con las vocales (su sonido y forma) y cuando estén muy cómodos con ellas, pasa a las consonantes.
Puedes hacer tarjetas en cartulina con palabras e imágenes para reforzar los conceptos y afianzar el conocimiento.
Es importante que aprenda a distinguir su nombre como una imagen o un dibujo, incluso antes de conocer las letras y el sonido que ellas producen. Escríbelo en cartulinas con un plumón grueso, y con otro color, invítalos a trazarlo encima de las letras escritas. Verás que es un gran ejercicio para reforzar habilidades de motricidad fina.
Dibuja las letras sobre una hoja blanca o de color. Luego ponla dentro de una mica transparente y con un plumón de pizarra, invita a tus hijos a trazar sobre ellas todas las veces que quieran, mientras repiten el sonido de cada letra una y otra vez. Puedes empezar por las vocales e incluir mayúsculas y minúsculas para reconocer la diferencia.
Jugar es la forma más rica de aprender para un niño, así que ponte creativa y busca un lugar en casa donde puedas usar tizas de colores para hacer letras gigantes en el suelo. Verás cómo disfrutan tus niños con esta actividad novedosa y emocionante.
Toda tu casa está llena de posibilidades para aprender sobre las letras y su mundo maravilloso.
Así que juega con ellos a encontrarlas en la caja de cereal, la botella de yogur o en la bolsa de pan. En los recibos o en la lista de compras. Cualquier oportunidad es una gran oportunidad para aprender.
Mientras viajas en el auto o caminas para tomar un poquito de aire con ellos, juega con tus hijos a separar palabras en sílabas. Este juego puede ser tan largo como la cantidad de palabras que conozcas (que seguro son muchísimas) y es una gran oportunidad para ampliar su vocabulario.
Utiliza tus manos para aplaudir al compás de cada sílaba que dicen.
Tan pronto avancen con la lectura, puedes dejar notitas por casa llenas de mensajes sencillos pero cargados de amor que los motiven a seguir aprendiendo. Usa Sticky Notes y pégalas por cada rincón de la casa.
Fabrica un set de lecto escritura con pequeños cuadrados de cartón o cartulina que contengan todas las letras del abecedario. Podrán armar y desarmar palabras como quieran y ensayar una y otra vez cómo se escriben y leen todas las palabras que imaginen. Asegúrate de hacer muchas copias de cada letra para que tengan todas las que necesitan.
Como ves, aprender a leer es un proceso largo y sin duda lleva tiempo lograrlo, pero puede ser muy divertido ayudar a tus hijos a aprender y también sorprenderlos con formas novedosas y emocionante para hacerlo. Ponte creativa y usa todos los materiales que quieras y tengas en casa: lápices, plumones, crayones y marcadores. Todo vale en este camino de aprender y crecer, sobre todo jugar, sorprenderse y divertirse.