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Cómo el rendimiento escolar puede afectar la autoestima de los niños y jóvenes

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Cuando las niñas y los niños empiezan a ir a la escuela, su mundo crece y cambia para siempre. Aprenden a jugar, aprenden a compartir, aprenden de música, números e historia. Aprenden a esperar su turno y a ser buenos amigos, pero también aprenden que no siempre es fácil y conocen la frustración y el miedo a fallar.

El mundo de los niños está lleno de descubrimientos y la etapa escolar es un tiempo en el que debemos cuidar de sus emociones tanto como de su aprendizaje, pues ambos están estrechamente relacionados.

Cuando un niño o un joven va a la escuela, enfrenta todo tipo de retos y en ocasiones no es fácil vencerlos, pues las dificultades alrededor del aprendizaje sólo aumentan año tras año. Si los niños no consiguen superar estas dificultades, pueden frustrarse hasta llegar al punto de bajar de manera significativa su rendimiento académico y por lo tanto, debilitar su autoestima. Es antes de llegar a este momento que debemos actuar para ayudar a nuestros niños y jóvenes a encontrar soluciones a las dificultades académicas que atraviesan, pues una autoestima debilitada, puede desencadenar una serie de desajustes emocionales y psicológicos mayores.

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos y sentimientos sobre nosotros mismos que definirá nuestra manera de conducirnos en la vida y relacionarnos con otras personas. Es una autovaloración vinculada a nuestra identidad, a través de la que aprendemos a amarnos y aceptarnos tal y como somos.

La autoestima es una pieza clave en el desarrollo de las personas y una herramienta indispensable para construir la identidad y personalidad de los niños y jóvenes. Juega un papel muy importante durante la adolescencia, pues una autoestima sólida es la base desde la que se vive cada una de las experiencias que nos convierten en nosotros mismos.

La autoestima y el aprendizaje

Cómo el rendimiento escolar puede afectar la autoestima de los niños y jóvenes

Existen muchos factores que pueden influir en la autoestima de un niño o un adolescente, como las relaciones familiares, características físicas o la ausencia de habilidades personales. Otro factor muy frecuente en la construcción de una una autoestima sana es el rendimiento académico o la facilidad para aprender en la escuela. 

Las niñas y niños con un buen rendimiento académico suelen tener una mejor autoestima que un niño que presenta dificultades de aprendizaje. Estos niños confían en sí mismos y en sus capacidades ya que sus logros académicos las confirman. Los niños se sienten valiosos, satisfechos y motivados, por lo que buscan nuevos desafíos escolares que continúan validándolos como seres exitosos.

Los niños con dificultades en el aprendizaje tienden a evitar los retos y las experiencias nuevas por miedo al fracaso, pues parten de la idea de que será imposible para ellos lograrlo, cayendo en un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

Esta baja en la autoestima producto del fracaso académico, se extiende a todos los ámbitos de la vida de un niño o un joven, generando angustia y ansiedad en cada nueva experiencia y afectando inevitablemente a su núcleo familiar y la relación con sus pares, dentro y fuera de la escuela. 

Ten en cuenta que si tus niños tienen una condición específica que altera su proceso de aprendizaje, debes buscar la ayuda y guía de un especialista y, mientras más pronto, mejor.

Recomendaciones

Este no es un trabajo fácil y sin duda es más sencillo construir desde el principio una autovaloración positiva en los niños, que reconstruir una autoestima dañada. Pon en práctica estas recomendaciones hoy mismo, pues podrían significar una gran diferencia para tus hijos.

Cómo el rendimiento escolar puede afectar la autoestima de los niños y jóvenes

Sé paciente con sus procesos: acompañar a los niños mientras aprenden puede ser todo un reto para los adultos. Es fácil olvidar que eso que nosotros ya hemos aprendido y resulta tan fácil de entender, para los niños o jóvenes es absolutamente nuevo y tienen derecho a confundirse, preguntar y dudar cuantas veces sea necesario antes de  consolidar ese aprendizaje y convertirlo en conocimiento.

No castigues una mala nota: un examen no determina la capacidad, inteligencia o valor de nadie, pero si castigas a tus hijos por una nota baja en un examen, estás diciéndoles lo contrario. Ante un escenario como este lo mejor es preguntar qué fue lo más difícil para ellos y ayudarlos a entenderlo y resolverlo para la siguiente prueba. Es importante que sepan que habrá otras oportunidades de hacerlo mejor.

Ayúdalos a que se organicen:  existen métodos de estudio que ayudan a los niños y jóvenes a repasar desde casa antes de una prueba o a hacer trabajos escolares sin que sientan angustia. Hacer un horario o una lista de pendientes en una pizarra puede ayudalosr a avanzar de manera ordenada y evitar que olviden algún pendiente importante. El trabajo por bloques de 25 minutos con descansos de 10 minutos, sirve mucho para no sentir el estudio como algo imposible.

Que sepa que confías: no importa lo que logren en el colegio, tus niños deben saber que tu crees en ellos y que confías en que van a lograr lo que se propongan, pero a su ritmo y a su manera. Lo más importante es tu apoyo cuando atraviesan un momento difícil.

Evita las comparaciones: todos somos distintos sin importar la edad que tengamos, por lo que la forma en la que aprendemos no tiene por qué ser igual a la de otras personas. Lo mismo sucede con las  niñas y los niños, incluso si son hermanos. Cada uno tiene su tiempo y su camino y es de mucho beneficio para ellos si NO los comparas con otros y refuerzas que su forma es tan válida como la de cualquiera y que lo más importante es su esfuerzo.

Promueve la comunicación: si tus niños están pasando por una etapa de poca autovaloración, no te lo van a contar. Es muy importante que fomentemos la comunicación con ellos desde siempre para que la conversación sea un hábito bien instaurado dentro de casa que nos ayude a detectar cualquier situación que debamos atender. Es muy necesario que estés en contacto constante con la escuela y los maestros, de esta manera podrán manejar juntos el problema, si es que se presenta, claro.

Ofrece herramientas: la comunicación, la confianza y la paciencia son indispensables, pero no son suficientes para restaurar una autoestima dañada. Debes ofrecer las herramientas para solucionar eso que produce esta autovaloración negativa en tus hijos. Si se trata de una dificultad para la lectura, propón juegos de palabras o sesiones de lectura familiar. Si se trata de su cuerpo, busca un deporte que los mantenga fuertes, energéticos y los haga sentir a gusto con ellos mismos. Si los números y las matemáticas son el problema, busca tutoriales en la red o un profesor o grupo de repaso. Todo tiene una solución y pueden encontrarla juntos. 

Aprender de los errores: todos nos equivocamos en la vida y eso es un hecho irrefutable. Los niños también cometen errores y cuando esto sucede, debemos ayudarlos a aprender de ese error para no repetirlo. Un situación de este tipo no debe generar rechazo en los adultos, pues podría llevar a os niños a sentir que son malos y por lo tanto no son dignos del amor de sus padres, lllevándolos sin duda alguna hacia un estado de muy baja autoestima.

Los niños y los adolescentes son una mezcla de emociones, habilidades, gustos y disgustos, miedos, fortalezas y la necesidad de ser guiados con amor. Cuidemos su sentir y trabajemos para convertirlos en seres con una maravillosa percepción de sí mismos, fuertes, con confianza y listos para vivir sin miedo.







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