Seguro que desde que te convertiste en mamá, has leído un montón de artículos o notas sobre lo que los niños deben hacer y no deben hacer, y sobre las palabras que puedes usar con ellos  y las que jamás debes decirles.  Habrás encontrado muchas otras lecturas con consejos sobre la rutina y las dinámicas para una vida positiva. Todo  interesante, todo útil y todo muy pertinente, sobre todo para la nueva forma en la que estamos viviendo en la que compartimos más espacios y tiempo juntos. Y claro, todo lo que lees tiene un mensaje más o menos similar y es que vivir una vida buena no tiene que ser un privilegio inalcanzable de algunos pocos, si no un derecho de todos al tomar conciencia de uno mismo. 

Pero algo que debes tener claro es que “ vivir una vida buena” está estrechamente relacionado con la calidad de experiencias que tengas como persona y  con los valores que te han inculcado,  no con la cantidad de objetos o cosas que puedas acumular en tu vida o las comodidades que tengas dentro y fuera de casa. Se trata de quién  eres y de cómo te relacionas con el mundo. Se trata de ser consciente de lo que haces y dices y de ser consecuente con ello para educar con  claridad a  tus hijos de principio a fin.

Educar niños y niñas responsables y conscientes es, sin duda, una tarea ardua y de largo aliento. Debes empezar por hacerlos entender la importancia de comprometerse con cada cosa que hacen, poniendo su mejor esfuerzo  y su energía en terminar lo que sea que se propongan empezar. 

Cada cosa que  decidan  hacer por pequeñita que parezca, debe ser asumida con responsabilidad y con entereza.

¿Y cómo logras eso?, pues con tiempo y constancia. Tal vez esperabas una respuesta diferente, una en la que existe una fórmula matemática fácil de aplicar, pero la realidad es que este compromiso que tus hijos podrían asumir, tiene mucho que ver con tu visión de la vida y  todo que ver con el corazón y las ganas que le pongas al proceso (y con grandes cantidades de paciencia, claro)..

Los niños deben tener responsabilidades para así ser responsables de sí mismos y aprender a asumir las consecuencias de sus actos, enfrentando con tranquilidad lo que eso signifique y  potenciando así su autonomía y nutriendo su independencia. 

Un niño que recibe responsabilidades en casa, va formando una conciencia poderosa sobre el espacio que habita, sobre los lugares que comparte, sobre lo que otros hacen por él o ella y sobre lo que ellos son capaces de hacer por otros.  Los niños que son incluidos en las dinámicas familiares se ven a sí mismos como parte importante del funcionamiento de su hogar, y pueden  reconocer los gestos amorosos que papá y mamá tienen con ellos, como cuando preparas esa tostadita extra a pesar que  todos terminaron ya de tomar desayuno o cuando les llevas a la cama un té de kion para apaciguar una tos de madrugada y entenderlo como un acto de amor y no una obligación que tienes sólo por ser un adulto.  

Definitivamente las responsabilidades son necesarias para la formación y el óptimo desarrollo de tus hijos, pues son un ensayo de lo que vendrá en el futuro, pero esto no significa que debas complicarte   la existencia ideando una rutina súper difícil  de mantener para ti e imposible de seguir para ellos, así que plantea cosas simples y sencillas que sean adecuadas para su edad y que puedan realizar sin ayuda para fomentar la independencia y la autonomía, pero con la suficiente supervisión de tu parte para evitar accidentes.

Esta es una pequeña lista de ideas que puedes poner en práctica (si no lo estás haciendo ya) para fomentar la participación de tus hijos en casa y promover su independencia, a partir de responsabilidades sencillas:

Responsabilidades sobre sí mismos

1. Aprender a usar el baño 

2. Cepillarse los dientes

3. Bañarse solos

4. Vestirse sin ayuda

5. Peinarse

Responsabilidades sobre su espacio

1. Doblar y guardar su ropa

2. Tender sus camitas

3. Ordenar sus zapatos

4. Guardar sus juguetes después de usarlos

5. Llevar la ropa sucia a su lugar

Responsabilidades sobre espacios y acciones compartidas

1. Poner la mesa

2. Lavar los platos

3. Mantener en orden su espacio de trabajo 

4. Hacer sus tareas escolares

5. Participar de la preparación de los alimentos

Responsabilidades sobre otros

1. Ayudar a los abuelos  en su día a día

2. Regar las plantas

3. Alimentar a su mascota

4. Llevarla de paseo

5. limpiar si ensucia la casa 

Estas son sólo algunas ideas que pueden ser útiles en casa al momento de otorgar responsabilidades a tus hijos, pero todo depende de tus rutinas, gustos y costumbres. 

Ten presente que es importante  visibilizar su trabajo, su esfuerzo y sus logros y pensando en esto puedes  hacer un tablero  de las tareas que están asumiendo. El reconocimiento de sus esfuerzo es un gran alimento para su autoestima, y sin duda es importante en su proceso de desarrollo personal y madurez emocional.

Pero recuerda que todas estas sugerencias deben ajustarse a la edad de tus hijos para que sean verdaderamente provechosas, a sus habilidades y sus ganas de hacer bien las cosa, y si crees que están listos para hacer un poquito más, no temas empezar nuevas aventuras, pero sobre todo no olvides que criar niñas y niños sensibles, atentos y empáticos con el mundo que los rodea, puede empezar tan sólo con invitarlos a participar de cosas cotidianas y así, pasito a paso, estarás ayudando a construir  individuos sólidos,  emocionalmente saludables, productivos y con la capacidad de enfrentar el mundo sin importar lo que venga.