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Las niñas y los niños están en constante movimiento, subiendo y bajando, rodando y corriendo, riendo y revoloteando, respondiendo al mínimo estímulo sin importar de donde venga o como se presente. Cada sonido, color, olor o movimiento los saca de donde están y los lleva a una nueva aventura y todo sucede muy rápido, y es que los niños pequeños solo pueden concentrar su atención en una cosa o situación por periodos cortos de tiempo. Esto es perfectamente normal al principio, pero conforme van creciendo su capacidad para sostener esa atención por más de un par de minutos va desarrollándose, permitiendo a los niños aprender, construir conocimiento, entablar relaciones y tejer vínculos.
Pero ¿ qué sucede cuando esta etapa de movimiento perpetuo no se detiene para dar paso al crecimiento emocional y cognitivo propio del desarrollo de los niños?. Es cierto que podría tratarse solamente de la personalidad explosiva e impetuosa de algunos pequeños, pero también podrían ser señales de alerta de algo más.
¿Sabes lo que es el déficit de atención?. Si has observado algunos comportamientos en tu niña o niño y sientes que hay algo que no marcha del todo bien, quédate con nosotros y lee hasta el final, tal vez descubras que es momento de atender eso que hasta ahora no sabías cómo llamar.
El TDAH o Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno crónico del desarrollo de las funciones ejecutivas de las personas. Se caracteriza por la dificultad para regular la atención por hiperactividad motora y por un comportamiento impulsivo donde las emociones están fuera de control, lo que hace muy difícil el proceso de desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños que lo presentan.
Este trastorno se manifiesta durante la infancia y acompaña a las personas hasta la edad adulta.
Los niños con este trastorno, suele manifestar una serie de conductas que se asocian con el TDAH, como por ejemplo:
Aunque parezca una contradicción, uno de los síntomas del trastorno, es la capacidad de hiperfoco o hiperconcentración. Y es que las personas con TDAH relacionan de manera inconsciente su atención con factores emocionales , por lo que si el estímulo apunta a sus emociones, pueden mantenerse enfocados de manera absoluta.
Estas son algunas de las manifestaciones del TDAH que presentan los niños con este trastorno. Es muy importante que si observas varios de estos en tu pequeño, busques la ayuda de un profesional para atender lo que sucede de manera inmediata.
Para obtener un diagnóstico de TDAH se requiere de la observación de la conducta de los niños y de información brindada por la familia, la escuela y su entorno cercano. Este diagnóstico toma tiempo y es imprescindible que sea hecho por un especialista, quien tomará en cuenta cada detalle. Para hacer un diagnóstico de este tipo, los niños deben haber presentado 6 o más señales de alerta de manera constante en los últimos 6 meses. Generalmente el diagnóstico se hace en niños mayores de 5 años, pues muchos de los “síntomas” son comportamientos frecuentes en los niños menores de esa edad.
Existen tratamientos que facilitan el desarrollo de los niños con TDAH y se diseñan de acuerdo a las necesidades de cada caso. Algunos se tratan con terapias conductuales y en algunas veces con medicamentos, pero lo más importante en cualquier forma de tratamiento es la constancia para lograr los objetivos propuestos y alcanzar el bienestar de los niños a través del correcto desarrollo social, emocional y cognitivo de cada uno.
Cuando un niño es diagnosticado con TDAH, de alguna manera su familia, también. Tranquila, no estamos diciendo que sea contagioso (pues no es una enfermedad) o hereditario, pero es una situación que acompaña a toda la familia, pues debemos aprender a guiar a los niños en este camino que caminaremos junto con ellos, trabajando en la dinámica familiar y en el desarrollo emocional y social de los pequeños. Estas son algunas recomendaciones que pueden ser muy útiles tanto para los niños, como para ti y tu familia:
Recuerda que casi todas las niñas y niños vuelven a clases presenciales y tal vez no sea lo que todos quieren. Algunos niños no están emocionalmente preparados para volver a la escuela y si tu pequeña o pequeño tiene TDAH, es muy probable que sea uno de ellos. Todos han tenido experiencias difìciles con la pandemia los últimos dos años, asì que lo mejor es ir con calma y aceptar que no necesariamente irá feliz y súper entusiasmado a clases, pero que su educación es un derecho que ha de ejercer paso a paso, así que te dejamos algunas sugerencias para ayudarlo a superar estos primeros meses.
Los niños necesitan de la seguridad que solo tú puedes darles con tus palabras, tus caricias, tu paciencia y tu cariño. En algunos casos no será fácil, sobre todo si tus hijos tienen un diagnóstico com el de TDAH, peor sin importar cuán difícil sea el camino, sé amable contigo misma y felicítate por lo que has logrado con tus hijos. Pide ayuda siempre que sea necesario y busca la opinión de un especialista si crees que es lo que hace falta. Haz que el mundo de tus pequeños sea el mejor posible.