El éxito académico de los niños, suele medirse cuantitativamente a partir de las respuestas de un examen o una prueba. No es extraño que cuando los pequeños llegan a casa con una nota poco satisfactoria, existan muchas emociones al respecto y pocas veces son positivas.

Estos indicadores numéricos hablan de los logros alcanzados relacionados directamente con la cantidad de conocimientos que lograron incorporar, pero sin duda no demuestran el esfuerzo y trabajo que cada niña y niño puso en el proceso de aprendizaje, pues existen muchos factores que determinarán el éxito o el fracaso de este proceso. Es por esto que es muy importante que recordemos que las notas (o las malas notas), son solo eso y pueden cambiarse si ajustamos juntos lo que los haya hecho “fallar”.

¿Por qué llegan las malas notas?

Todos los niños son seres complejos y muy distintos. Algunos son organizados naturalmente, otros son hábiles con los números y a algunos les cuesta concentrarse, por nombrar solo algunas situaciones. Pero además de las fortalezas o dificultades individuales de los niños, también existen factores externos que afectan o determinan el éxito académico de nuestros hijos, como la falta de horarios y rutinas, ausencia de hábitos de estudio, el uso excesivo de aparatos electrónicos o la búsqueda de la independencia académica. Si, la independencia académica sin la correcta guía de los padres, puede ser un factor de fracaso académico.

Fomentar la autonomía e independencia en los niños, es una postura muy positiva, pues de esa manera van tomando control sobre sus propias responsabilidades y sobre sí mismos. Pero esto no sucede de la noche a la mañana, y menos cuando los dejamos a susuertese  mientras cumplen con el trabajo de la escuela. Este es un proceso que requiere tiempo y acciones, por lo que no podemos dejar de estar atentos a su proceso para ver qué sucede. Es importante que acompañemos para asegurarnos que no se pierdan en el camino mientras alcanzan la autonomía tan deseada por los adultos. De esta manera será menos probable que las niñas y los niños obtengan bajas calificaciones. 

¿Qué hacer cuando el resultado no es el deseado?

Probablemente cada niña y niño experimente la sensación de obtener una calificación poco satisfactoria según sus expectativas, en algún momento de su etapa escolar y esto es perfectamente normal. Nuestra respuesta es el factor que determinará cómo afronten el fracaso académico a lo largo de su vida escolar.

5 cosas que debemos hacer ante una mala calificación

Tienes una misión muy importante: criar a tus hijos y seguro tienes un plan perfecto para ello, pero ve despacio y sé amable contigo, recuerda que no siempre reaccionamos de acuerdo a la idea que tenemos sobre la crianza, muchas veces un mal día, el estrés o la vida en general, nos llevan a responder como menos nos gustaría y, aunque no está bien, está bien. Permítete aprender de los errores que cometes para ser mejor cada día. 

Ahora que sabes que puedes ser amable contigo mismo, sigue estos 5 pasos para manejar las bajas calificaciones de tus niños:

Sin gritos

Levantar la voz no consigue eso que estás buscando. Cuando tu voz sube, tu imagen crece mucho y no en un buen sentido. Los niños se hacen más pequeños y no logran exteriorizar sus ideas o emociones, por lo tanto no van a poder resolver ni entender lo que ha sucedido. Puedes sentir molestia, es perfectamente normal, pues tus expectativas con respecto a tus hijas e hijos, siempre van a estar ahí. Respira profundo y deja que te cuenten lo que pasó. 

Hay cosas en la vida que son terribles y una mala calificación, no lo es.

Sin castigos

Una baja calificación puede ser la manifestación de muchas cosas distintas y castigarlos por la situaciones que escapan a su control, no tiene ningún sentido. Si sientes la necesidad de darles una sanción, encuentra alguna actividad que pueda ser positiva y no destruya su autoestima.

Con palabras

A veces los niños se ponen muy nerviosos antes de una prueba y cuando llega la hora d ela verdad, no recuerda todo eso que ya saben. Habla con ellos, de manera serena y directa. Pregúntales qué creen que sucedió, qué sienten al respecto y si necesitan algo de ti para superar esta situación. 

Con afecto

Abrázalos. que sientan que no hay nada que pueda hacer que los ames menos, sobre todo una mala calificación. Cada cosa tiene su lugar y el amor que sientes por ellos es intocable e incondicional, siempre.

Con un plan

Ahora que ya sabes lo que pasó, cómo se sienten y lo que necesitan, es hora de trabajar juntos en un plan para mejorar sus calificaciones. Organicen el espacio de trabajo, hagan un horario de estudio y tareas, definan una rutina para ir a dormir temprano y que el descanso sea realmente reparador. Revisa la dieta de tus niños, tal vez están consumiendo muchos azúcar y comida chatarra y eso no ayuda a su desarrollo. Observa con atención su desempeño, pues si hubiera alguna dificultad mayor, pedir ayuda a un especialista es el acto de amor más grande y honesto que puedes ofrecer.

¿Cómo motivamos a los niños a mejorar?

Para motivar a los niños a mejorar y superarse a sí mismos, debemos tomar las cosas con calma, pero con decisión. Incorpora acciones simples a tu rutina, como:

• No los compares con otros niños o sus hermanos
• No exijas resultados inmediatos
• No les recuerdes que pueden volver a fallar constantemente
• Propongan objetivos reales, pequeñas metas hasta llegar a una muy grande
• Valida su esfuerzo
• Celebra cada logro

El objetivo de la crianza es hacer niños felices, fuertes y autónomos que serán adultos maravillosos cuando llegue el momento. El amor, la paciencia, la tolerancia y el acompañamiento amoroso y respetuoso, pueden hacer de este camino uno muy positivo para ellos y para nosotros. 

Una mala calificación es solo eso, mientras los niños hagan su mejor esfuerzo, todo lo demás tiene solución.