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La importancia de un colegio donde nuestros pequeños se sientan cómodos y seguros

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Cuando buscamos un colegio para nuestros hijos, estamos decidiendo sobre su futuro, por lo que sin duda tomamos en cuenta varios puntos importantes, según lo que consideremos relevante, claro está.  

Para algunas familias lo principal  será un buen programa de idiomas, para otras la ciencia y matemática y en algunos casos la presencia del arte será un factor determinante. Algunas familias se inclinan por un colegio donde las prácticas religiosas estén muy presentes, mientras que otras prefieren colegios laicos.

Y aunque la educación sea virtual por la coyuntura de pandemia en la que vivimos, buscarmos también, un colegio que no esté tan lejos de casa para no complicar aún más la generalmente complicada  logística familiar. Buscamos uno que esté dentro de nuestras posibilidades económicas y por lo general hacemos un balance entre lo que queremos, lo que necesitamos y lo que podemos hacer. 

Pero  sobre todo buscamos un colegio donde nuestras niñas y niños se sientan cómodos, protegidos, seguros. Donde sean respetados por lo que piensan y sienten y puedan crecer y desarrollarse para convertirse en la mejor versión de ellos mismos. Elegimos una suerte de familia de la que seremos parte durante más de 10 años, donde niños, maestros y nosotros los padres, nos convertiremos en un equipo.

Dicen que cuando madres, padres y profesores trabajan coordinados se consigue un mejor desarrollo de las competencias de los alumnos y es por esto que es tan importante que estemos alineados con la filosofía de la institución educativa a la que pertenecerán nuestras bendiciones, ya que lo que ambas partes buscamos es el éxito de estos futuros adultos.

Si la escuela y la familia sostienen dos discursos totalmente opuestos con respecto a las cosas importantes, es poco probable que tengamos éxito en el acompañamiento de nuestros pequeños o que los maestros logren motivarlos.

Cuando los padres estamos en constante comunicación con los maestros, logramos tener una visión clara de lo que sucede en el aula (virtual o presencial) y por lo tanto podemos afrontar, manejar o solucionar cualquier dificultad o situación que se presente en  nuestros hijos, ya sea de tipo académica o del tipo personal o social. 

Así que más que llevarnos lindo con los profes de los chicos para que nos respondan los mensaje o correos que les mandamos para justificar una tardanza, debemos asumir el compromiso de construir una relación estrecha, amable, basada en el respeto mutuo y muy positiva con la escuela, con el fin de asegurar las mejores condiciones para  la vida escolar de nuestros niños, pues es una vida que todos compartiremos en casa.

Por lo tanto ,aunque algunas veces podamos no estar de acuerdo con profesores y profesoras, debemos trabajar en nuestra buena relación.

Estos son algunos puntos que pueden favorecer este vínculo tan importante:

1. Respetar el trabajo que realizan las maestras y maestros

2. Tener presente el por qué elegimos el colegio en el que están nuestras niñas y niños 

3. Ser honestos con lo que pensamos y sentimos respecto a la carga de trabajo escolar de los niños.

4. Comunicar si nuestros pequeños  están atravesando alguna situación personal o familiar difícil para juntos, maestros y padres, ayudarlos a salir adelante.

5. Honrar los compromisos que como familia asumimos ante la escuela en relación a nuestros hijos

6. Apoyar a los niños para que cumplan con trabajos, tareas y responsabilidades

7. Hacer notar a los maestros de manera oportuna si algo no marcha bien con los niños y sus compañeros o con el manejo de la clase por parte de maestras y maestros.

8. Hacer críticas constructivas y no destructivas

9. Ofrecer nuestro conocimiento como profesionales (en el rubro en el que nos desarrollemos) para mejorar la experiencia educativa de nuestras niñas y niños y sus compañeros

10. Enseñar a  nuestras hijas e  hijos a respetar a sus maestros y exigir respeto de parte de los profesores, también. Pero sobre todo enseñar a nuestras hijas e hijos a respetarse a sí mismos siempre.

Debemos entender la relación con la escuela y los maestros como un compromiso de trabajo en equipo para lograr el éxito de estas personitas que un día serán grandes y caminarán su propio camino. Si hoy trabajamos en ellos con el corazón, tal vez mañana podamos soltar sus manitos sin miedo, pues sabrán encontrar el camino.

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