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Dejar el pañal es, ha sido y seguro siempre será, un tema de muchas y largas conversaciones de parque entre nuevas mamás (las que podemos identificar por su gesto atento y casi hipnotizado) y mamás 2.0 que comparten su experiencia con gusto y casi por necesidad, a cambio de galletas, quequito de plátano y unas cuantas mandarinas.
Darle la oportunidad a tus hijos para que decidan cuándo están listos o quitarles el pañal a los dos años recién cumplidos, jugar a “hoy te lo quito y mañana te lo vuelvo a poner” o esperar a que suceda un milagro. Sin duda un abanico de posibilidades (todas válidas, por cierto) que confirman que cada niño es único e irrepetible y las mamás también lo son. No se puede afirmar nada de manera definitiva, solo que en tu casa lo correcto será lo que funcione para ti y tu familia.
Cuando mis hijas empezaron a crecer, me organicé mucho y pregunté a toda madre que quisiera compartir sus conocimientos conmigo, tratando de encontrar la mejor forma de llevar esos cambios importantes que suceden en las distintas etapas de desarrollo de nuestros hijos. Investigué sobre el sueño y el descanso de los niños, la importancia de las rutinas, el juego, la alimentación y la necesidad de impulsar su independencia y autonomía, lo que junto a la insostenible compra infinita de pañales, me llevó a decidir promover el uso de ropita interior tan pronto cumplieron 2 años y la verdad fué una experiencia muy positiva en el caso de mis dos niñas. Elegí una semana en la que estuviera de vacaciones para poder dedicar toda mi energía a semejante hazaña, y siguiendo un plan muy bien repasado y un pequeño ritual de despedida, un lunes por la mañana le dijimos adiós al pañal y hola a los calzoncitos.
Según mi experiencia, los niños y niñas están preparados a partir de los dos años para dar este salto descomunal que los aleja de la era del “bebé”, pero debes considerar tu tiempo, ser muy honesta con tus ganas de hacerlo y respetar que cada niño es distinto y no todos estarán preparados aunque su edad diga lo contrario. Pero sin importar cómo decidas hacerlo, decirle adiós al pañal es un acontecimiento importante para tu bebé, para tí y para todos en casa. Yo tuve la suerte de recibir la sabiduría de las mujeres a mi alrededor, quienes compartieron generosamente su experiencia conmigo, lo que me ayudó a tomar decisiones que fueron las correctas para mi y mis niñas pequeñas. Por eso hoy devuelvo el favor compartiendo lo aprendido y si como mamá estás en esa etapa de la carrera, estos tips van para ti:
Advertencia: no será fácil y seguro habrá momentos en los que desearás no haber empezado o simplemente nunca haber pensado en eso. Sentirás la tentación de volver a lo anterior, es por eso que el tip más importante de todos es este:
Sé constante y no retrocedas. Ellos pueden si nosotras podemos.
Debemos acompañarlos y ayudarlos a afrontar el cambio con naturalidad, pues es un gran paso para nuestros hijos, un paso para dejar de ser bebés y convertirse en niños. Aunque para nosotras siempre lo serán (pero, sshhh, ese es nuestro secreto).