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Cómo crear una mesa de luz para explorar y descubrir

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Explorar y experimentar: son formas potentes y muy efectivas de guiar a los niños por el mundo y sus millones de posibilidades y misterios sorprendentes.  Descubrir que la arena está compuesta de infinitos granos diminutos mientras la dejan escurrirse entre sus deditos, o ver que un hielo se convierte en agua si lo dejan al sol, o ser testigos de la magia que sucede en un pomito cuando mezclan témpera roja y amarilla y súbitamente y sin explicación se convierte en el color de las naranjas, es la manera de aprender con todo el cuerpo y el corazón y ese conocimiento jamás se olvida.

Existen muchas formas de estimular la curiosidad en nuestros niños, con ayuda de diversos materiales que no son difíciles de encontrar, como por ejemplo arcilla, o pintura, o elementos naturales tales como piedras, semillas o algún insecto con un final ajeno a nosotros pero listo para ser motivo de gran cantidad de preguntas y respuestas. Una de estas cosas maravillosas que invitan a los niños a jugar es La Mesa de Luz. Pero ¿qué es? Una mesa de luz es una pantalla amplia y generosa en la que la superficie lisa está iluminada de forma homogénea y con mucha intensidad. Se puede utilizar par experiencias muy enriquecedoras de creación y de experimentación. La mesa de luz ofrece variedad de posibilidades y aquí  tienes unas cuantas para inspirarte y volver tu casa un laboratorio lumínico.

Empieza por proteger la superficie con un buen pedazo de forro transparente para cuadernos, así podrás trabajar con todo lo que quieras sin preocuparte por el buen estado de esta herramienta.

El Tacto. La sal, harina, maicena o arena pueden ser similares de alguna forma, pero si las pones sobre la mesa de luz ¡wow!, no te imaginas cuán distintos son y sobre todo lo versátiles que pueden ser, si de dibujar se trata.

Colores. Papel de seda, celofán, micas o cualquier artefacto pigmentado que permita el paso de la luz, es un elemento que puedes presentarle a tus hijos para ayudarlos a descubrir el mundo cromático y sus muchas combinaciones. La superposición de los elementos los dejará descubrir colores y formas de acuerdo a la distribución de los materiales. 

Pintura. La materia se comporta de formas misteriosa e inesperada de a acuerdo a la superficie donde se aplica y a la densidad de la misma. Una mesa de luz amplifica esos misterios y los vuelve visibles para los niños debido al contraste que se produce por la opacidad de la pintura sobre una superficie luminosa.

Calcar: un dibujo, un patrón, un retrato, un nombre. ¡Todo es posible! 

Radiografías. Este material contiene formas excepcionalmente interesantes y si consigues muchas con todas las partes de un cuerpo, pueden  armar a un ser extraño y bizarro, pero de forma muy divertida.

Naturaleza. puedes juntar hojas del parque y (después de lavarlas muy bien) explorar lo que vive dentro de ellas, sus diferentes tonos de verde y su contorno con mucho detalle. 

Líquidos. Consigue un bowl de vidrio  grande para llenarlo de agua. Echa algunos pigmentos lentamente para ver el recorrido que hace la gota de tinte cada vez que cae en el agua. El líquido para burbujas también es muy interesante y puede volverse más fantástico aún con un poco de glitter  de varios colores.

Lo principal es mantener bien protegida la superficie de tu mesa para que puedas proponer todos los materiales que imagines, y tus hijos y tú,  descubran cómo se comportan estos cuando los exponemos a la luz. Los descubrimientos pueden ser infinitos y la diversión también, así que libera tu creatividad y déjala volar hacia el universo de la luz. 



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