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¿Adolescentes perezosos? Aquí te contamos por qué tus hijos podrían estar cansados todo el día

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No es extraño  que nuestros hijos adolescentes se comporten de manera contraria a lo que esperamos. Cuando pedimos calma no dejan de moverse queriendo hacer mil cosas, cuando esperamos que estén activos solo quieren quedarse en casa y cuando somos amorosos y dulces, sus respuestas suelen ser como dardos al corazón. ¿Qué pasó con esos pequeños que solo querían estar a nuestro lado, jugar y recibir nuestro cariño?. Ahora son adolescentes y no siempre tienen claro lo que quieren, están en constante cambio y son un remolino de hormonas y emociones que se desbordan inconteniblemente.

A menudo vemos a  nuestros hijos adolescentes en un estado de hibernación inexplicable que muchas veces nos lleva a pensar que se han convertido en unos jóvenes perezosos, que no les importa nada o que simplemente quieren mantenerse aislados del resto de la familia, pero lo cierto es que este comportamiento tiene otra explicación, podría tratarse de un desarreglo en sus hábitos y por lo tanto podemos ayudar a corregirlo.

¿Qué es la adolescencia?

Para entender y acompañar pacientemente a nuestros adolescentes, debemos tener muy presente que la adolescencia es una etapa en su desarrollo y (por suerte) no durará para siempre. Es un momento que marca la transformación del niño en adulto. Esta etapa de la vida se caracteriza por una gran cantidad de cambios emocionales, físicos y hormonales que alteran el comportamiento de los jóvenes llevándolos a pasar por momentos de euforia y energía desbordante, y al minuto siguiente por una apatía y languidez incomprensibles para el resto del mundo.

Durante la adolescencia el cuerpo de los jóvenes se reajusta, las hormonas se alteran generando cambios evidentes en las chicas y los chicos: vello en rostro y otras partes del cuerpo, cambios en la voz, a veces acné y crecimiento de busto y caderas en las mujeres. Pero los cambios no son solo físicos, las emociones de los chicos están a flor de piel y todo es tan emocionante y maravilloso como terrible, irreparable y definitivo. Esta montaña rusa emocional, puede afectar severamente su rendimiento académico, sus relaciones sociales y también familiares. Pero como dijimos líneas arriba, se trata de una etapa y pasará.

¿Por qué los adolescentes están tan cansados?

Todo este movimiento a nivel hormonal, sin duda genera un gasto de energía mayor al de un adulto que ya alcanzó cierta estabilidad. La efervescencia interior de los jóvenes no solo consume mucha energía, si no que también hace que el sueño tarde en llegar a ellos, por lo tanto el descanso no suele ser suficiente, ya que un joven que atraviesa la adolescencia, necesita al menos 9 horas completas de sueño reparador para mantenerse en “equilibrio”. Esta falta de descanso afecta a las chicas y chicos no solo puede causar una baja en el rendimiento académico, también puede producir accidentes o incluso alteraciones metabólicas que en esta etapa de crecimiento son muy frecuentes. Los horarios cambiantes hacen que se salten las comidas en un momento en el que necesitan todo el combustible posible, por lo que los cuadros de anemia se presentan con cierta regularidad. Es una buena idea hacer chequeos y exámenes de hemoglobina cuando el médico los recomiende.

También sucede con frecuencia que los chicos y chicas se quedan hasta muy tarde terminando algún trabajo para la escuela o un proyecto personal y otras veces se distraen en redes sociales y pierden la noción del tiempo. Para cuando notan la hora, lo que resta para el descanso ya es muy poco y al día siguiente solo quieren desplomarse y dormir despues de clases, lo que finalmente se convierte en una rutina poco saludable, pues al hacer una siesta durante toda la tarde, vuelven a estar despiertos gran parte de la noche.

¿Adolescentes perezosos? Aquí te contamos por qué tus hijos podrían estar cansados todo el día

Otro factor que puede alterar el sueño de los adolescentes de casa y generar este exceso de cansancio y aparente pereza, es la depresión. En esta etapa de la vida, la fragilidad emocional es una realidad constante y con frecuencia lleva a los jóvenes a caer en una tristeza profunda y un estado de desolación perpetuo y es que no debemos olvidar que a esta edad todo se siente con mayor intensidad, sea algo positivo o algo negativo. En casos como estos es imperativo que se tomen medidas para evitar que esto se convierta en una estado permanente en nuestros niños grandes.

Recomendaciones

La falta de sueño, exceso de trabajo, distracciones permanentes, depresión o baja hemoglobina, pueden ser los responsables de la poca energía, cansancio, flojera o pereza de nuestros adolescentes, por lo que es conveniente atender cada muestra de comportamiento irregular de manera oportuna, con amor y paciencia.

Estas son algunas recomendaciones que pueden ser muy útiles en ecasa:

  • Lo primero es observar a los chicos y determinar si algo no marcha bien. 
  • Ayudarlos a entender la importancia de un buen descanso.
  • Regular juntos las horas para sus tareas, tiempo libre, redes sociales y sueño.
  • Crear rutinas para la noche que los ayuden al descanso, como un poco de ejercicio, estiramientos o caminatas por el barrio.
  • Llevar una dieta sana y bien balanceada con todos los grupos alimenticios.
  • Construir puentes de comunicación para saber si algo está pasando fuera o dentro de casa.
  • Hacerlos responsables de tareas sencillas dentro de casa que los mantengan vinculados con la dinámica familiar.
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Tenemos que entender y recordar que este momento de la vida de nuestros hijos, está lleno de emociones que no logran controlar y muchas veces, no saben identificar. Debemos ser pacientes y ayudar a nuestros pequeños a encontrar las respuestas que están buscando. En vez de gritarles porque no están haciendo nada, ofrezcamos las herramientas que necesitan para mantenerse activos y presentes, sin que esto signifique hacerlo todo por ellos, claro. Es perfectamente normal que un adolescente parezca apático y solo se interese por lo que ellos y sus amigos comparten y como padres nos toca aceptarlo, pero si los comportamientos irregulares y el cansancio se vuelven extremos, es necesario pedir ayuda y guía a un profesional de la salud física y emocional. 

La adolescencia es un gran reto para toda la familia, pero con amor y constancia todos vamos a sobrevivir a ella.

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