Internet, un universo inmenso y maravilloso que nos abre las puertas al mundo con solo dar click a un botón. No importa cuán lejos estemos, nos mantenemos cerca a través de las pantallas grandes y pequeñas, y los niños son parte de este mundo tecnológico por necesidad, por diversión y porque parecen venir con el chip programado para entender y desplazarse con total naturalidad en este mundo de interconexión global. ¡Una maravilla!.

Sin embargo, la red está llena de peligros invisibles que pueden dañar sobre todo a  las niñas y niños, pues en su curiosidad innata y maravillosa inocencia, son altamente vulnerables y, por ende, un blanco fácil para aquellas personas que buscan hacer daño solo por que si. Es por esta razón que es tan importante que eduquemos a nuestros hijos sobre el uso saludable y seguro de la tecnología, y mientras más pronto empecemos, mejor.

Pero, ¿cómo los mantenemos a salvo de esta amenaza intangible?

Debemos guardar la calma y organizarnos bien, pues así como existe el peligro, navegar en Internet de forma segura, también es posible. Para lograr esto debemos poner  en práctica ciertas estrategias y tener reglas muy claras.

Educar a nuestros niños y estar atentos a lo que hacen o dejan de hacer,  son dos de las claves para que navegar en la red sea una experiencia positiva.

En esta nota te dejamos algunos consejos que te ayudarán a crear las condiciones necesarias para que tus niños (grandes o chiquitos) hagan uso de la red de manera segura.

Conversar y educar:

Como siempre que hablamos de nuestros niños, la comunicación con ellos y con toda la familia, es el punto de partida para cualquier nueva aventura, situación, cambio o nueva herramienta. Cuando hablamos con nuestras niñas y niños de diversos temas, estamos dándoles conocimiento y por lo tanto les estamos dando poder, en el mejor sentido de la palabra. No obstante, aunque los queremos poderosos y fuertes, debemos ser cuidadosos con el momento de su desarrollo en el que ofrecemos este nuevo conocimiento, pues de nada sirve decir un montón de palabras e ideas, si nuestros hijos no tienen aún los recursos para entenderlos.

Hablemos con claridad y verdad con nuestros niños, explicando que la red, así como las calles,  también es un lugar lleno de peligros y debemos cuidarnos y aprender a navegar en ella para estar protegidos y seguros, por lo que es indispensable seguir las recomendaciones de mamá y papá al pie de la letra.

Redes sociales:

Facebook, Instagram, Tik tok y todas las muchas redes sociales que existen, son lugares de encuentro con amigos, pero también con gran cantidad de extraños que no siempre tienen buenas intenciones.  Es recomendable que los niños no tengan redes sociales, pues su desarrollo emocional y social, debería suceder en vivo y en directo, aunque en este tiempo pandémico, no sea sencillo.

En el caso de los adolescentes, debemos estar muy atentos a cómo se manejan en redes, quiénes son sus amigos y si hay algún cambio significativo en su comportamiento a partir de iniciarse en ellas. Mientras más sepamos de la vida de nuestros niños, tendremos más posibilidades de protegerlos y ayudarlos a resolver cualquier  problema que pueda surgir en el camino. De más está decir que debemos guardar la proporción de las cosas y respetar la privacidad de nuestros hijos,demostrando que confiamos en ellos y en lo que les hemos enseñado a lo largo de los años,  por lo que la mejor política dentro de casa debe ser que “si no se puede contar y necesita ser un secreto, tal vez no sea bueno”.

No hables con extraños:

Todos decimos a  nuestros hijos que no hablen con personas desconocidas, pues lo mismo aplica para las redes sociales, juegos en línea o cualquier interacción  en internet. Y es que existen personas inescrupulosas que crean perfiles falsos buscando entablar relación con niñas y niños o buscando obtener información sobre ellos  y sus familias.

Es muy necesario que nuestros hijos sepan que no deben aceptar a nadie sospechoso o desconocido dentro de su grupo de amigos.

Control parental:

Es cierto que  nuestros hijos tienen derecho a la privacidad y a tomar decisiones por sí mismos, pero dentro de un ambiente seguro del que nosotros, sus padres, somos responsables. Internet está lleno de información de alto contenido adulto de tipo sexual o violento, y tenemos la posibilidad de suprimir el accesos a sitios que no son para niños y evitar malas experiencias. 

Existen aplicaciones para restringir el acceso a las páginas que consideremos inapropiadas o peligrosas para nuestros niños y disminuir los riesgos al momento de navegar. Aplicar el control parental  no es solo un derecho que tenemos los padres, sino más bien, una responsabilidad que debemos cumplir.

Protege las herramientas: 

Es muy necesario que las herramientas como laptops, smartphones, pc o tablets estén bien protegidas con un antivirus de calidad. No olvidemos que los niños son grandes entusiastas de hacer click en cada botón que aparezca delante de ellos.

Límites y tiempos claros:

Los aparatos tecnológicos son, sin duda, una suerte de artefactos hipnóticos capaces de atrapar a los niños aliviando muchas veces nuestro trabajo, pero poniendo en riesgo su desarrollo físico, su salud mental y su bienestar  emocional si no lo racionamos de manera adecuada. Los niños pequeños necesitan estímulos sensoriales, trabajo físico para un óptimo desarrollo psicomotor, conversación para estimular el lenguaje, abrazos, besos y mucho juego. “Enchufarlos” a un teléfono cuando se ponen “difíciles”, no es la manera de solucionar el problema, solo lo prolonga y, probablemente, lo alimente.

Los límites deben ser claros y la cantidad de tiempo que les permitimos pasar “conectados”, también. Depende de nosotros que estas herramientas sean provechosas o perjudiciales para el desarrollo de nuestros hijos. 

No compartir información personal:

De la misma manera en la que no hablamos con extraños en internet o no aceptamos nuevos amigos sin saber quienes son, los niños deben saber y tener muy presente que tampoco debemos revelar información sensible sobre nosotros o nuestra familia. Esta información incluye la dirección de casa, nuestros nombre y apellidos, números de teléfono, tarjetas del banco o contraseñas de ningún tipo.

La privacidad es un derecho:

Nuestras niñas y niños deben saber que se puede vivir sin publicar o postear todo lo que hacemos en las redes sociales. Cada cosa que logramos vale por el esfuerzo que hicimos, no por los likes que obtenemos. Debemos enseñarles a compartir solo lo que debe ser de conocimiento público y reconocer lo que solo necesitan saber las personas mas cercanas a ellos. Nuestra privacidad es un derecho y debemos ejercerlo en todo momento para que otros respeten nuestro espacio personal.

La tecnología ha modificado la manera en la que nos comunicamos con otros y tejemos relaciones interpersonales. También ha abierto el mundo de la información dándole acceso a todos sin distinción, por lo que internet se ha convertido en una necesidad de la vida moderna. 

Nuestros niños deben ser parte de este mundo interconectado, pero siguiendo reglas claras, sin exponerse al peligro y sin perder el sentido de privacidad. De esta manera la tecnología y la red, serán herramientas de trabajo y crecimiento y no un peligro latente.

Enseñemos, eduquemos y acompañemos responsablemente a nuestros pequeños cibernautas para que cada descubrimiento y aprendizaje, sea una experiencia positiva.