A pesar de que los dientes de nuestros pequeños aún son de leche, es importante tener sumo cuidado con ellos, ya que la salud de los dientes definitivos dependerá de ellos. Es poco común que los niños sufran algún accidente dental jugando o con alguna caída, pero puede pasar, y si pasa lo primero que tienes que hacer es llevarlos al odontólogo.

Un solo golpe es suficiente para aflojar, desprender o fracturar el diente. Si esto sucede debes ponerlo inmediatamente en una taza con leche tibia. Recuerda no lavarlo y acudir inmediatamente a una clínica u hospital para que puedan implantarlo. No debe pasar más de 1 hora desde el accidente, sino será imposible implantar el diente perdido.

Si el golpe o caída causó una fractura, será necesario un tratamiento de conductos o una endodoncia, sin embargo si esta no ha sido profunda, el diente puede ser reconstruido con composite, un producto usado para hacer los empastes.

Si la rotura del diente no es tratada a tiempo, es muy posible que el diente cambie de color y al cabo de algunos (2 o 3) el color se vuelva más oscuro. A este proceso se le conoce como “necrosis pulpar”, que significa que el diente ya está muerto.

En situaciones como estas es normal y totalmente comprensible que nos sintamos abrumados, pero es esencial mantener la calma para no alterar más al pequeño, recordar estos consejos para actuar rápidamente y evitar la pérdida del diente.